Como si fuera una premonición, hace unos días encontré un ejemplar de Acherontia atropos (la polilla de El silencio de los corderos) a la que se atribuye -indebidamente- mala suerte en las casas en las que aparece.
A lo que vamos: hace algo más de un año empezaron a aparecer algunas hojas secas en los palmitos y en principio apenas le di importancia. Al poco tiempo una de las palmeras, la situada justo enfrente de la masa de palmitos, empezó a secarse. Creí que era exceso de riego, hasta que hace poco se hizo evidente que estaba afectada por Paysandisia archon, (barrenador de las palmeras, una de las peores plagas del palmeral). También estaba presente en otra y había prendido en la masa de palmitos. Tras las consultas pertinentes me dijeron que dado el avanzado estado y los daños, había que eliminar la plaga a base de quemar y arrancar la palmera para impedir que pudiera afectar a ejemplares próximos.
De hecho, restos de crisálida aún estaban presentes en el exterior como evidencia adicional de la plaga
Nada más abrir una de las palmeras apareció una oruga, y pude sacar hasta 4. Tuve que ir cortando las hojas de los palmitos para poder acceder a los troncos y quemarlos también. Para mi sorpresa, ante la inminencia del desastre apareció como invitada de honor la polilla responsable. Además, entre los despojos al menos un capullo de paysandisia.
Polilla de Paysandisia archon |
Capullo fabricado con restos de fibras de palmera.
Los adultos tienen una muy alta capacidad de vuelo, lo que les permite gran capacidad de dispersión y colonización de nuevas palmeras. Parecen mostrar preferencia por las palmeras heridas o decaídas (https://www.rhynchophorusferrugineus.es/).
Y después, la pregunta del millón. No tengo claro el origen de las plagas. No tengo pruebas pero a unos 100 m. de mi parcela hay una plantación con palmáceas, (wasingtonias, palmitos y otras especies) que un viverista plantó hace bastante tiempo. El vivero cerró y quedó la plantación abandonada a su suerte con ejemplares que a día de hoy están afectados por la plaga (algo que he comprobado personalmente) así que es posible que el entorno sea una granja de plagas del palmeral y quien esto suscribe un afectado directo e inmediato de la granja.
Le recomiendo que se ponga en contacto con el señor Aranda, que es una persona muy diligente y moverá todos los recursos a su alcance que no son pocos, para encontrarle la solución óptima. Es un gran amante de la Naturaleza, como demostró recientemente con su tenaz insistencia por explicarle a un amigo mío la eclosión de huevos de tortuga boba en la playa ilicitana del Carabassí. Impresionante. Un auténtico disfrute. No hay palabras. Sinceramente creo que debería incluirse su nombre en el callejero municipal, por el legado de su impagable labor para las generaciones futuras.
ResponderEliminarGracias por el comentario. Juan Carlos Aranda y yo somos viejos amigos. Hablaré con él. Venga
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