El texto, como se verá está trufado de citas que indican la gran cultura teatral del autor por la vía de enumerar las representaciones a las que asistió para terminar en una laudatio al Misteri, de alguien que fue un personaje capital en nuestra historia: Presidente de la Junta Nacional Restauradora del Misterio de Elche y de sus Templos en 1941, encargado de restaurar la iglesia de Santa María y de poner en marcha la celebración asuncionista (Joan Castaño dixit); digamos que la Junta le obsequió al terminar su mandato con un álbum de fotografías de la restauración del templo, que se reprodujeron aquí en su día.
Entradas antiguas dedicadas a Eugeni d'Ors:
https://www.yporquenounblog.com/2015/07/eugeni-dors-en-la-restauracion-de-santa.html
https://www.yporquenounblog.com/2015/07/el-misterio-de-elche-y-eugeni-dors.html
Para terminar decir que el texto que se reproduce es posible que sea el prólogo de la edición facsímil del Consueta de 1941 a cargo del Instituto de España, obra hoy inencontrable.
Volviendo a la revista ARQUITECTURA el artículo ocupa una sola página (la 378) a doble columna en tipografía reducida, sin más ilustraciones; las que se incluyen en la entrada de hoy deben considerarse un adorno o añadido personal.
Texto en Times New Roman:
He asistido cierta vez, en Delfos, a unas representaciones de las tragedias de Esquilo: Prometeo encadenado aullaba noblemente su vencimiento y su dolor, ante su anfiteatro de montañas, de cuya cumbre un águila auténtica bajó hasta rozar con sus alas el pecho del héroe y de cuyo fondo un auténtico trueno pareció contestar a sus blasfemias. He visto igualmente el Edipo Rey, por Max Reinhardt, y la goethiana Ifigenia en Aulida, dada en el barcelonés Jardín del Laberinto, lujo del Marqués de Alfarrás. En Weimar y en la misma sala donde se proclamó la constitución de la República, una ejecución íntegra del Fausto me retuvo dos jornadas más de lo previsto; dos jornadas de emoción casi delirante, con momentos como los de las dos Noches de Walpurgis, y su coro obsceno de maullidos de gata-mujer. También estaba, en el castillo de Leopoldskron, entre los invitados de Reinhardt, su dueño entonces, para ver su <<ensayo general>> perfecto de El enfermo imaginario, a estilo exactamente de la Corte de Luis XIV; con instrumentos músicos del tiempo y la farsa en el Salón del Trono de los Arzobispos soberanos de Salzburgo; junto a la chimenea, con gruesos troncos encendidos. En el mismo Salzburgo presencié la presentación del Jedermann; y, en París, las de los primeros Bailes rusos, en la época prediguelheviana ; y en Venecia, Campo Trovasso, la de El Mercader de Venecia, una noche ele junio, en que el aire se refrescaba al avanzar por el canal las doradas góndolas de los pretendientes de Porcia, portadores de maravillosos presentes. Y he oído la Tetralogía de Wagner; la voz de oro de Sarah Bernardt; el monólogo de Hamlet en boca de Ermette Zacconi; el falsete de Mefisto, en boca de Max Pellenberg; las arias de Rossini, en la de Conchita Supervía; los estilizados gemidos de Sada Yako, cuando su amante caballero se abría el vientre; la Capilla Rusa y el Barrabás flamenco.
Jamás, empero, en lo que lleva mi historia de espectador y oyente en teatro, he experimentado una emoción tan profunda como la sentida el 14 y 15 de agosto de 1934 presenciando en el templo de Santa María, de Elche, su Misterio.
María coronada entra en el Empíreo cada año por la cúpula de su iglesia de Elche, acompañada por los anhelos y los delirios de una inmemorial venganza de la santa debilidad.
EUGENIO D 'ORS,
De la Real Academia Española
Homenaje a Eugenio D'Ors, 1940. Cátedra Pedro Ibarra Enlace de descarga del pdf en ARQUITECTURA: |