CAMINOS IBEROS

martes, 23 de febrero de 2021

El campo de concentración de Albatera: un artículo de Felipe Mejías López


 Aunque la entrada de hoy pueda parecer carente de interés local, lo cierto es que es un tema relacionado y no solo por la proximidad geográfica. El lugar en el que se ubicó el campo forma parte de la cuenca endorreica natural alrededor de la Balsa Llarguera ocupada hoy parcialmente por el embalse de El Hondo, un emplazamiento que se conoce como La marjal por los lugareños de Catral, Albatera, San Isidro, Crevillente y El Realengo. En ese ámbito, en los saladares que entonces eran de Albatera, las autoridades republicanas decidieron establecer un campo de trabajo cuyas instalaciones serían después aprovechadas por los franquistas. Además de las referencias geográficas cabe recordar que algunos ilicitanos pasaron por el campo. Como dato curioso dos hermanos de ilustre apellido (Ramos Folqués) se citan en la relación de reclusos, uno (Alejandro) estuvo en el republicano y otro (Rafael) en el franquista. A mayor abundancia, si en la Cátedra Pedro Ibarra pulsamos en la etiqueta "campo de concentración de Albatera" aparece una lista que debe completarse con la que en su día publicó Francisco Moreno Sáez, un tema que merece una entrada. 
Pese a que la relación del campo de Albatera con lo local sea colateral, no puedo evitar dar a conocer un contenido relevante. Y es que apenas quedan restos materiales como se verá más abajo (y en el artículo reseñado) de un lugar fundamental de la memoria histórica de la Guerra Civil y la represión subsiguiente. Aunque fue cerrado muy pronto, las atrocidades narradas por los supervivientes lo marcan como un hito, un lugar que hay que visitar al menos una vez como preludio o entrada a un conocimiento más cabal de su significación histórica. Por lo demás el arqueólogo Felipe Mejías en más de una ocasión ha publicado en el blog algunos trabajos de su ya extensa obra.

Enlace de descarga: 

ARQUEOLOGÍA DE LA REPRESIÓN, ENTRE EL SILENCIO Y LA MEMORIA: LAS FOSAS COMUNES DEL CAMPO DE CONCENTRACIÓN DE ALBATERA (SAN ISIDRO, ALICANTE)

en la revista EBRE 38 : Revista internacional de la Guerra Civil (1936-1939) número 10, dentro de las RCUB: Revistas Científicas de la Universidad de Barcelona

RESUMEN

Entre los meses de abril y noviembre de 1939, recién terminada la Guerra Civil, miles de prisioneros republicanos fueron confinados en el campo de concentración de Albatera. Las condiciones infrahumanas a las que fueron sometidos durante ese periodo de tiempo —hacinamiento, hambre y sed, enfermedades, vejaciones y torturas—, y las ejecuciones arbitrarias que allí se realizaron, al margen de cualquier proceso judicial, ocasionaron un número de muertes todavía por evaluar.

El objetivo de este trabajo es dar a conocer los resultados de una investigación que nos ha permitido localizar la ubicación de algunas de las fosas comunes donde fueron arrojados los cuerpos de los represaliados en el campo. Al mismo tiempo, se ha profundizado en el conocimiento de la materialidad de esta instalación represiva —desmantelada y arrasada hasta sus cimientos a principios de 1940— con la identificación exacta de sus límites y de los espacios de frecuentación vinculados con esta durante el tiempo que estuvo en funcionamiento.

Estamos ante un artículo preparatorio redactado antes de incorporar los resultados de las excavaciones del año 2020 (y las que seguramente vendrán a continuación) en su tesis doctoral, así que volveremos sobre este tema.

 Fotografía procedente de la Biblioteca Digital Hispánica. Horno del campo republicano. Arriba lo que queda de él 

Nada queda como he dicho. Tras el cierre y destrucción sistemática del campo en 1940 el solar se integró en los lotes de reparto del Instituto Nacional de Colonización en la década de los 50 entre agricultores venidos de otros lugares para terminar fundando un municipio separado, San Isidro, de Albatera. Como ilustra la fotografía que encabeza la entrada de hoy, un sencillo monumento compuesto por dos vigas de hierro que rompen unas cadenas en lo alto, junto a una placa de la CNT-AIT sirve para recordar donde estamos. No obstante, el campo está un poco más allá a unos 200 m. al N marcado por un panel informativo y los restos del horno transformado después en caseta de aperos. En el empeño de recuperar nuestra memoria colectiva anda metido Felipe Mejías. Nos hace falta. Ánimo y suerte.

Panel informativo y caseta del horno
http://miradas.yporquenounblog.com/2018/11/memoria-de-la-represion-franquista.html

http://miradas.yporquenounblog.com/2020/11/desagraviar-albatera.html

Material adicional en sucesivas entradas.

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