domingo, 24 de mayo de 2020

Safari fotográfico por las canteras de Ferriol

 Aprovechando los márgenes que el confinamiento va abriendo he decidido darme un garbeo por las canteras que hay a caballo de Ferriol y Vallongas, con el objetivo concreto de fotografiar las que tienen en su interior algún vegetal notable. Suelen ser espacios resguardados del sol y la orientación de estas en concreto les permite cargarse de humedad y retenerla durante todo el año, así que al final resultan puntos en los que la vegetación crece de forma generosa.

1.- La cantera del Palmito. Un ejemplar de Chamaerops humilis (palmito) notable por su envergadura crece sin problemas al abrigo de esta cantera que además se protege con un ejército de ortigas a su alrededor y no menos abundante vegetación espinosa, de manera que no resulta aconsejable acercarse. De paso diré que la proliferación de este tipo de vegetación en cualquier sitio indica que el substrato es excelente, rico y bien abonado. 


Restos de un muro de piedra seca en el ingreso puede indicar que en algún momento se utilizó para guardar animales. La pared de la cantera tiene en toda su cara W  y a distancia regular, una serie de huecos excavados para insertar viguetas y montar un tejado o cobertizo,  detalle que puede observarse en la fotografía del palmito, detrás.

Frondas del tilo por encima de las paredes de la cantera
2.- La cantera del tilo. Visitar este ejemplar de Tilo de hoja pequeña (Tilia cordata) era el objetivo principal de mi salida, para poder verlo con sus galas, es decir con hoja y flores. Este árbol crece silvestre en toda la península ibérica, es muy longevo y su crecimiento es moderado, así que este debe considerarse notable que sobreviva en una latitud en la que solo lo hacen en medio de un jardín o junto a un curso de agua. También es interesante que no sea un hibrido, pues los tilos de jardín poseen hojas notables por su tamaño, algo que aquí no ocurre como puede verse.

 Sinceramente creo que alguien lo plantó ahí sabiendo que el lugar iba a ser adecuado. Su sombra es además de las mejores, así que es posible que fuera para eso. Meterse debajo de su copa se parece mucho a estar en medio de las frondas pirenaicas. Esperaba verlo en flor pero apenas ha empezado ahora, así que tendré que hacer otra visita antes de que el otoño lo desnude. El tiempo ha pasado, los canteros ya no están pero el lugar se llena de agua cuando llueve y recibe una importante ración adicional de las vertientes de alrededor, así que el árbol, además de hacer acopio de humedad y sombra en verano sobre sus raíces, se levanta por encima del cajero de la pedrera para captar el sol. Ya debe medir más de 10 m. de altura y su pinta empieza a ser imponente. Espero que la gente lo respete




Detalle de las hojas del tilo
Varios acebuches y un ejemplar joven de palmito adornan esta cantera
3.- La cantera de los acebuches. Dentro de ella pero también en sus inmediaciones, hay varios acebuches de cierto tamaño. Esta variedad silvestre de olivo, que no hay que confundir con la variedad cultivada, abunda en todo el N del término, en especial el lugares como este, protegidos de la excesiva insolación y de las heladas. 

Cazoleta y canalillos asociados
De esta cantera destacaré la presencia justo por encima de un interesante juego de cazoletas y una extensa red de canalillos. El volumen de agua que embalsan es mínimo, a diferencia de otros aljibitos fabricados por los canteros,  hechos para almacenar varios cientos de litros de agua, como se puede ver en los que aún se conservan en el Barrranco de San Anton, los de Pedreras y Barranco de Santa María o los de Ferriol. 
Finalmente una agradable despedida: en medio de las margas yesíferas del barranco el cantahueso en todo su esplendor, un poco por todas partes, con una sierra que este año está que se sale.  Aunque sea el tiempo de fer herbetes, me he limitado a hacer un safari fotográfico.

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