CAMINOS IBEROS

domingo, 21 de julio de 2019

DEL CONVENTO DE SAN JOSÉ Gregorio Alemañ (y 2)

Segunda parte del artículo de Gregorio Alemañ Del Convento de San José. Al final de la entrada hay un enlace de descarga del artículo completo en formato pdf.



DEL CONVENTO DE SAN JOSÉ / Gregorio Alemañ García
Segunda parte

En el edificio del antiguo convento, se realizaron pequeñas intervenciones de reparación, hasta que a principio de octubre de 1931 (acta del Pleno municipal de 18-12-1931), se propusiera por primera vez por parte del Ayuntamiento una restauración total del conjunto, aunque dicha propuesta no llegará a Ilevarse a cabo (11).


El 22 de febrero de 1936, las religiosas que administraban el Hospital Municipal, ante el temor de los disturbios, ataques a edificios religiosos e incidentes callejeros generalizados, presumiblemente coaccionadas al efecto, deciden abandonar Ia ciudad, y, al efecto, escriben al alcalde: “Temores alarmantes bien fundados nos obligan, bien a pesar nuestro, a dejar el establecimiento con nuestros queridos pobres enfermos. Así pues, tiene V. a su disposición Ia casa, cuyas llaves le remitimos con el portero y 350 pesetas que dejamos en una arquita en el cuarto, junto al recibidor. . .“. Firma, Ia superiora sor Carmela Latorre (12).
A raíz de aquí, el Ayuntamiento designó como administrador del Hospital a Salvador Ferrández Torres y como inspectora de enfermeras a Francisca Amorós Marco. Tal vez, dada Ia relevancia que llegó a tener el edificio como hospital durante Ia Guerra Civil y al tratarse de una propiedad municipal, Ia iglesia del hospital (que tampoco tenía párroco), fue de Ias pocas, sino Ia única, que se libró de Ia quema y destrozos que en estas fechas sufrió el resto de construcciones religiosas. Tras Ia Guerra, se construyó una pequeña capilla exenta en el lateral izquierdo de Ia iglesia dedicada al Cristo de Zalamea que finalmente quedaría integrada en el conjunto de Ias edificaciones.
En 1957, en los bajos del Hospital se llevaron a cabo Ias obras del “Projecte de reforma i ampliació de I’Hospital Municipal amb Casa de Socors i Gota de Liet" (13), conocida como la Casa de Ia Leche, Ia Gota de Leche o la Casa del Niño, como institución a cargo del Ayuntamiento, creada para intentar paliar los problemas de desnutrición y ia alta mortalidad que padecía la población infantil. Este servicio estuvo en funcionamiento hasta ei año 1973, cuando este espacio se destinó a almacenes.
A principio de los años 60, todavía estaban en pié Ias tres fuentes de agua adosadas a la pared, entre Ias arcadas del muro y chapadas con azulejo, que daban al huerto por el lado de la rambla, frente a la balsa. Esta zona del convento fue derribada en los años 70.
Por otro lado, y como ha sido habitual en los huertos de palmeras, en el año 1968 la parte sur del huerto del convento, se expolia para ubicar en el solar resultante una serie de construcciones destinadas a albergar el nuevo Parque de Bomberos, tras el traslado de su ubicación anterior en Ia ladera dei Vinalopó junto al puente de Canalejas en su encuentro con Ia calle Reina Victoria. El Parque de Bomberos, estuvo en funcionamiento hasta 1990, año en que será nuevamente trasladado a su ubicación actual. En este periodo, durante Ia legislatura del alcalde Manuel Rodríguez (1987-1995), en estas instalaciones se ubica ia concejalía de cultura y educación, y poco más tarde, en lo que habían sido sus cocheras con frente a Ia calle Manuel López Quereda, se ubicará Ia sala de teatro La Tramoya.


Podemos decir que a partir de aquí, Ia situación general de este emblemático conjunto conventual ha ido sobreviviendo a una sucesión de actuaciones, que por otro lado, han puesto en serio peligro Ia integridad del mismo. El edificio en su conjunto, quedó en un estado de abandono y deterioro desde 1965 hasta el año 1979, en que el Pleno del Ayuntamiento de 20 de marzo, decide ubicar en este espacio el Archivo Histórico Municipal junto con Ia biblioteca (actual Biblioteca Central Pedro Ibarra), hasta ahora sita en el Paseo de Franco Rodríguez. Este nuevo complejo cultural quedó inaugurado en mayo de 1982.
En la década de los ochenta, siendo Ramón Pastor alcalde, el Ayuntamiento se vió obligado a reparar la cubierta, a tenor de la cantidad de filtraciones de agua que existían y el alarmante estado en que se encontraban los frescos y retablos del s. XVII, así como se atirantó la espadaña ante el peligro inminente de derrumbarse. Para la realización de esta obra, fue necesario desalojar la iglesia, habilitando para su uso temporal para la celebración del culto, el pabellón que fuera aula de niñas cuando la guardería, frente a la fachada principal, así como, para poder financiar las mismas, se llevó a cabo una campaña popular de recogida de fondos por el barrio. Esta situación de falta de estanqueidad de las cubiertas se volverá a repetir más adelante en diversas ocasiones en los años 1997, 2000 y 2011.
Posteriormente, será durante la legislatura de Manuel Rodríguez cuando se modificó la fachada principal del antiguo convento para aislarlo del acceso a la biblioteca, al igual que la barandilla del coro y se tapió la antigua entrada al convento, así como se restauraron los dos retablos  del s. XVII del crucero con una subvención de la Generalitat y más tarde, con ocasión de la exposición "La luz de las imágenes", se restaurarían algunos otros lienzos. Restauraciones estas, que el propio Rafael Navarro Mallebrera calificaría escuetamente como "una malísima restauración" en el artículo de denuncia de la situación de precariedad, falta de interés y desidia por parte de su propietario, publicado en 2011 (14)
Img. 13. Imágenes actuales de los restos de los retablos del claustro. Fte.: Reportaje fotográfico del convento de San José “Joya del barroco valenciano” de Jose Juan Alicante Sánchez. Año de 2016.
Esta modificación de Ia entrada de Ia biblioteca, supuso el derribo de Ia antigua capilla del Cristo de Zalamea, así como Ia terracita y barandilla junto con Ia escalera exterior que Ia cubría (15), al objeto de independizar el acceso a Ia biblioteca por esta zona, lo que supuso el posterior derribo de Ia edificación y Ia parte del Vía Crucis que existía frente a Ia misma.

Mientras tanto, los restos de Ia capilla de Ia Orden Tercera se mantenían sin uso y en estado de ruina, situación que se intentó remediar en 1994, con Ia firma de un contrato con Ia Universidad de Alicante para recuperar este espacio siguiendo Ias directrices del anteproyecto planteado por el arquitecto municipal Gaspar Jaen, que finalmente no se llevó a cabo al rescindirse el mismo un año después, por parte del nuevo alcalde entrante, Diego Maciá.
El estado de precariedad se mantuvo hasta 1997, en que el Ayuntamiento encarga definitivamente el proyecto de restauración al estudio de arquitectura de Valencia “AIC EQUIP, S.L.”, ignorando Ias directrices de sus técnicos municipales. Los redactores del proyecto, plantean una reconstrucción poco menos que discutible, que convierte este espacio en un simple contenedor sin mayores pretensiones.

Dos años después, al mismo estudio se le encargará el proyecto del “Centro de Estudios Miguel Hernandez (Centro de Estudios Hernandianos), como un edificio adosado al anterior por su parte trasera, siguiendo el mismo discutible diseño y que terminará de colmatar el espacio que en su día fuera el huerto del convento. Este edificio se inauguró el 31 de octubre de 2016, sin prácticamente haber llegado a tener uso hasta el día de hoy.
Ya a mediados del 2000, con Diego Maciá de alcalde, el Ayuntamiento retomó nuevamente Ias labores de restauración iniciadas en los ochenta, e igualmente financiado por Ia Generalitat, en 2005 restauró Ia primera capilla del muro del Evangelio y en 2007, se llevaron a cabo Ias obras de reforma y restauración de Ia tercera capilla de este mismo paño, así como su retablo de fines del s. XVII.
En esta línea de actuación, se anunció incluso Ia restauración del altar mayor, del que llegaron a extraerse sus lienzos siendo sustituidos por fotografías (16), aunque estos trabajos, con el cambio de corporación, quedaron suspendidos y sin ejecutar, e incluso algunos de los lienzos retirados y almacenados (17).
Las últimas labores de restauración realizadas, son Ias llevadas a cabo a principios de 2011, con Ia restauración del lienzo “La Sagrada Familia”, a cargo de restauradora municipal, Gemma Mira Gutierrez y Ia empresa Alebus, SL , una vez concluidas Ias restauraciones de los otros cuatro restantes, “San Juan Bautista”, “San Buenaventura”, “San Luis de Tolosa” y “San Francisco de Asís”.
En febrero de este mismo año, coincidente con las obras del Centro Hernandiano de Estudios e Investigación de Elche, Ias brigadas municipales intentan sellar e impermeabilizar de forma parcial, con Ia sustitución de un centenar de tejas, Ias cubiertas y Ias linternas de Ias capillas del Santo Sepulcro, de San Cayetano, San Judas Tadeo y Santa Rita, por donde se estaban produciendo filtraciones y afecciones a los murales.
Desde entonces, no se ha realizado ninguna otra actuación digna de mención, a excepción, si cabe, de Ia supuesta restauración del brocal del pozo del claustro, ejecutada recientemente en 2017 por los Talleres Ocupacionales de Empleo.
Tras este rápido paseo por Ia historia, eventos y avatares de este convento que fue, comprobando Ia situación actual en que se encuentra este conjunto arquitectónico, su huerto y el estado de conservación que presenta su iglesia, que alguien calificó como Ia joya del barroco valenciano (bien de interés cultural), no puedo dejar de evocar los interrogantes que en su día planteó nuestro Archivero municipal y doctor en Historia del Arte, Rafael Navarro Mallebrera, y que no estaría de más, que todos nos planteáramos.

Qué maldición ha caído sobre Ia iglesia de San José ? ¿ Qué razones alegará su propietario, el Ayuntamiento de Elche, para tan amplio y profundo abandono, máxime cuando lleva más de treinta años regido por «gobiernos democráticos y progresistas», esos que se autoproclaman exclusivos defensores de Ia cultura, del patrimonio, del arte, etc. , etc. ? ¿ Será que no saben que es suya ? ¿ Será un caso de desidia ? ¿ Qué les impulsa a dejarla morir ? ¿ Porqué esta fobia ? ¿ Por ser un edificio destinado al culto católico ? ¿ Por chinchar a los de EI Pla ? ¿ Por estar al otro lado del río y, por tanto, no merece existir ?
En tanto, los gobernantes, sin rubor alguno, presumen de cambiar cien tejas. . . 
la bellísima,Interesantísima y singular iglesia de San José muere un poco cada día. 

¡Señor, qué cruz!”.
Año 2011



Gregorio Alemañ García

NOTAS
11 Ibidem, Gaspar Jaen, Formacio..., p.591
12 Ibidem, Alejandro Ramos, Historia..., p. 543
13 Ibidem, GasparJaen, Formació..., p. 591
14 Artículo del periódico La Verdad La Iglesia de San José, 28-03-11
15 Desde esta zona, se tenía acceso a Ia segunda planta del viejo hospital donde se alojaban los enfermos más infecciosos de tuberculosis.
16 https://www.laverdad.es/alicante/prensa/20070220/elche/retablo-jose-restaura-primera_20070220.html
17 http://www.laverdad.es/alicante/v/20110328/elche/iglesia-jose-20110328.html

Detalle del estado de las cubiertas del claustro, 1970

ENLACE DE DESCARGA DEL ARTÍCULO COMPLETO EN PDF:
https://www.dropbox.com/s/9jckqrvvn0am99i/SAN%20JOSE3.pdf?dl=0

La imagen que encabeza la entrada procede de Wikimedia Commons

miércoles, 17 de julio de 2019

DEL CONVENTO DE SAN JOSÉ. Gregorio Alemañ

De nuevo presentamos un artículo de Gregorio Alemañ García, jefe de la Oficina Técnica de Patrimonio del Ayuntamiento de Elche que combina elementos de investigación, de difusión y conocimiento acerca de los avatares históricos y la situación actual de este singular Bien de Interés Cultural de titularidad municipal, demasiado maltratado pese a ello, como se indica. La abundante información gráfica que contiene obliga a dividirlo en dos partes, aunque como siempre al final se va a proporcionar el enlace de descarga a quien quiera tener el artículo completo. Espero que lo disfruten y también que la exposición sirva para que al menos, no vuelvan a realizarse "acondicionamientos" y "restauraciones" al margen o pasando por encima del innegable valor artístico e histórico del monumento. A nivel personal diré que tanto las dos entradas como la que a continuación expondré, son un homenaje a Rafael Navarro Mallebrera,  Archivero-Bibliotecario, quien desde su autoridad manifiesta como profesor de Arte y experto en barroco, reiteradamente decía que San José era el más claro ejemplo vivo de construcción conventual del barroco valenciano. Gracias a él, de vez en cuando bajaba al templo intentando ver son sus ojos todas las maravillas que incluye. 

GREGORIO ALEMAÑ GARCIA

DEL CONVENTO DE SAN JOSÉ

"Tres conventos existen en esta villa: uno de ellos es el de San José de la orden de PP 
Franciscanos situado á la salida del pueblo para Orihuela en el barrio de Santa Teresa: es de 
buena fábrica, bastante capaz y en Su centro se ve un grande patio rodeado de un soportal con 
varias pinturas alusivas á la vida de San Pascual Bailon: en el centro del patio hay un POZO ó 
cisterna de aguas de lluvias; y junto al edificio un huerto de palmeras y otros árboles frutales...
 en la actualidad se halla destinado á hospital; y en su iglesia no solo se dice misa sino que 
se ha reclamado del Gobierno la habilite como ayuda de parroquia de la del Salvador

Pascual Madoz.
Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar.
Madrid, 1847.

Tal vez, Ia que ahora es conocida como Ia iglesia de San José, aparentemente sencilla y llamativa por su exuberante decoración y policromía interior, fue en su día Ia construcción principal del que fuera el convento de San José, uno de los más emblemáticos y distinguidos de los que haya tenido Ia ciudad.
Situado en Ia margen derecha del cauce, en el barrio de Santa Teresa, entre Ia ladera del Vinalopó y el cruce del camino de Orihuela y el de Catral donde se ubicara Ia Cruz de Término, con su fachada principal a norte, a Ia actual plaza de los Reyes Católicos, conocida anteriormente como el Passeig del Xilindró, con su huerta que lo rodeaba desde Ia rambla por su parte sur lindante con Ia actual calle Sor Josefa Alcorta, ubicada en el interior de un huerto de palmeras conocido por el mismo nombre que el convento, con una alberca (todavía existente sus restos), que se alimentaba de Ia acequia de Marchena.
 
Img. 1. Vista hacía el sur, actual del conjunto del convento de San José.
La iglesia era Ia parte central de un conjunto formado por, un claustro a su izquierda, dependencias para los frailes y una segunda capilla que posteriormente se adosaría a poniente, perteneciente en su día a los Hermanos de Ia Orden Tercera y dedicada a San Francisco de Asís. EI conjunto quedaba enmarcado con el huerto de palmeras que Ia rodeaba por el este y el sur, mientras que por su fachada principal, discurría de norte a sur por el camino de Orihuela, un Vía Crucis con sus respectivas estaciones de Ias que tan solo se conservan tres de sus paradas.
La edificación de tipología barroca, mantiene en su conjunto los rasgos comunes de Ias propias de Ia Comunidad Valenciana, emparentada según Gaspar Jaén, con los Capuchinos de Monovar y Santo Domingo de Orihuela. Sin embargo, Ia abundante decoración interior de sus pinturas, Ia azulejería de los zócalos, Ia austeridad del claustro, los tragaluces de Ia cubierta a dos aguas, su singular espadaña con Ia campana que perteneciera a Ia ya derruida ermita de La Sangre de Nuestro Señor Jesucristo, etc., hacen del conjunto un enclave singular y único de nuestro patrimonio arquitectónico religioso, reconocido como bien de interés cultural (BIC).
La riqueza decorativa de su interior, contrasta con Ia sencillez y austeridad de sus fachadas, maltratado en su conjunto por Ias distintas actuaciones que se han ido sucediendo a lo largo del tiempo, en parte, consecuencia de los distintos usos a que se han destinado sus construcciones, y en gran medida, por Ia falta de sensibilidad en Ias actuaciones que se han ido sucediendo, sobre todo, en estos últimos tiempos. A pesar de éstas y de los variados usos a que se ha dedicado, Ia edificación ha conseguido sobrevivir hasta nuestros días, pese a Ia poca atención que se le ha prestado y se le presta, máxime si consideramos que este singular y exclusivo conjunto es propiedad del Ayuntamiento de Elche, pues Ia comunidad católica solo hace uso de Ia iglesia por un arrendamiento en precario, es decir, de modo gratuito.
EI convento de los Franciscanos, se establece en esta ciudad a instancia de la Sra. Marquesa de Elche Doña Juana de Portugal, en el mismo sitio donde existiera una pequeña ermita dedicada a San José. Las obras de esta primera iglesia se iniciaron a mediados de abril de 1561 y quedó bendecida el I de noviembre de 1562 por el Obispo de Ia isla de Candía don Marco Soriano que se encontraba de visita por estas tierras (1). En sus inicios contaba con ocho frailes venidos del Pedroso, con Fr. Alonso de Llerena como Comisario y Guardián de Ia nueva casa (2).
En este convento, tomaron el hábito el beato Andrés Hibernón (1565) y fue visitada por San Pascual Bailón (1566) (3) y el santo fray Pedro de Alcántara. En la actualidad todavía se conserva una pequeña gruta junto a la alberca del huerto, cerrada con una reja de hierro, en la que hasta hace unos años, se albergaba la imagen de este santo y que también fue utilizada anteriormente como casa-cueva conocida como del tío Pepe.
Esta primera iglesia se construye a expensas de los Marqueses de Elche, Sres. Duque de Maqueda como patronos de Ia misma, de traza similar a Ia existente en el Pedroso; estaba construida con “maderas del frondoso pinar que poblaba toda aquella porción de territorio hasta Carrús (4).Este primer convento fue cabeza de Ia provincia hasta Ia construcción del convento de San Juan de Ribera en Valencia, el I de noviembre de 1562 (5) con el que no pudo rivalizar.
Nada se conserva ya de este edificio, que se describe como uno de los mejores y más hermosos que ha tenido Ia Orden y que más tarde será sustituido por el actual, como tampoco queda ya vestigio alguno del frondoso pinar que se menciona. En esta época, Ia comunidad contaba ya con un total de 54 frailes.

En estas fechas, el convento estaba aislado y Ia comunicación con el pueblo resultaba una labor penosa al tener que cruzar Ia Rambla por el único puente de tablones de madera que existía para cruzar el río al final de Ia Cuesta de Bonus en el ravaI. En repetidas ocasiones los frailes plantean el traslado del convento a Ia ciudad y finalmente, será en 1613 cuando consiguen Ia autorización eclesiástica para tal fin. Para posibilitar el traslado, en 1648 se inicia Ia construcción de un nuevo convento en Ia Casa de los Malla (después del Dr. Caro, al fondo del callizo de Ia Alpujarra) de Ia calle Alpujarra (6), cuando todavía perduraba Ia epidemia de peste que azoto Ia ciudad y que se había iniciado el año anterior. Todavía y a instancias del Duque, el 2 de junio de 1648 se volverá a trasladar de nuevo Ia Orden, en este caso, a Ia casa de Caro.

A tenor de Ia epidemia y dada Ia situación alejada de Ia ciudad, el convento se ocupa como lazareto u hospital donde tratar Ias enfermedades infecciosas, en un intento de proteger al resto de Ia población. Una vez concluida Ia plaga, recuperara su uso original y los frailes de  la orden regresan a él nuevamente.
Este primer edificio, fue completamente derruido en 1678 para construir en su lugar una nueva construcción, todavía bajo el patronato del Marques de Elche (7). El Ayuntamiento propone edificar un nuevo convento a su cargo y sus obras se prolongaran durante casi 25 años. El resultado será una obra singular y notoria, de los mejores y mas hermosos que tiene Ia Provincia (8), que destacaba por su extensa y completa biblioteca, retablos, lienzos y decoraciones.
De este edificio solo perdura Ia actual iglesia, de planta de cruz latina, corto el crucero y sin cúpula, con tres capillas a Ia derecha (dedicadas a “San Pascual”, “Santa Ana” y del “Santísimo Cristo”), y tres a Ia izquierda (“San Pedro Alcántara”, “Niño Jesús” y “San Antonio”). Hacía principios de 1700, quedará terminado el claustro (según Tormo), y será a lo largo de este siglo, cuando se decoran Ias capillas laterales de Ia iglesia tal y como Ias conocemos ahora.

La capilla de Ia Orden Tercera se edifica con permiso concedido el 6 de enero de 1718, pues hasta esta fecha, Ia Orden celebraba sus ceremonias litúrgicas en una de Ias capillas de Ia  iglesia del convento, en Ia capilla de San Pedro de Alcántara. Las obras de esta capilla finalizaron y fue bendecida, el 27 de febrero de 1739.
Con Ia desamortización de Mendizábal decretada el 8 de marzo de 1836, los frailes son expulsados y el convento recobra nuevamente su uso como hospital (Casa Hospital de Beneficencia), que antes existiera en Ia Corredera (Hospital de Ia Caridad, de 1564). Por Real Orden de 11 de junio de 1841, se autoriza este uso que se mantendrá más de un siglo hasta principio de los 60 y se concede a su vez, Ia cesión de Ia propiedad del edificio al Ayuntamiento. En 1884, se instaló Ia comunidad de Ias Hermanas de Ia Caridad para el cuidado de los enfermos. Inicialmente, desde 1835, las dependencias del convento se dedicaron como escuelas de instrucción pública.
Como nota anecdótica, en 1852, se llevaron a cabo Ias obras de urbanización del Paseo del Chilindrón, donde se utilizaron los azulejos del convento para revestir los bancos (9).


En 1887, eI alcalde Don José Rodríguez, independientemente del uso hospitalario, instaló un asilo de ancianos en Ia planta baja del Hospital que sería atendido por Ia Junta de Señoras, presididas por Fernanda Santamaría cuya intervención, junto con Ia de su marido José Revenga, desempeñaron un papel determinante para conseguir, primero, Ia ampliación del asilo a Ia nave de Ia antigua capilla de Ia Tercera Orden (5 de junio de 1909) hasta ahora utilizada como almacén (10) y más tarde, resultando pequeño este espacio, se trasladó a un nuevo edificio que se corresponde con el actual, cuyas obras se iniciaron a principios de junio de 1916 y fueron inauguradas el 2 de febrero de 1919.

En lo que respecta a Ia antigua capilla de Ia Orden Tercera, Ia petición de ampliación del asilo se formuló estando ya esta construcción en ruina, ocasionada por el derribo, este mismo año de 1909, por parte del Ayuntamiento y al objeto de ampliar Ia calle (actual Sor Josefa Alcorta), del muro y Ias cinco capillas de poniente, dejando tan solo Ias arcadas de acceso a dichas capillas, lo que supuso el inminente hundimiento de su cubierta.
Después de su uso como asilo, Ia capilla de Ia Orden Tercera se utilizó como almacén municipal y posteriormente, tras su derribo parcial, como parque móvil. Probablemente, a raíz de Ia autorización de Ia ampliación del asilo, es cuando se procedió al levantar el muro derruido que cierra Ias arcadas de Ias capillas derruidas, así como a ejecutar el forjado que cubrirá Ia planta baja para posibilitar habilitarla para este uso.

La edificación que existía anexa a Ia derecha, frente a Ia fachada principal de Ia iglesia, albergó Ia Escuela de Párvulos de San Vicente de Paul desde 1896 hasta principios de los años 70, según inscripción de Ia placa de mármol blanco que estaba empotrada en su fachada “Escola de Pàrvuls de Sant Vicent de Paul. 1896”, y cuyo destino se desconoce. EI mismo espacio de Ia capilla de Ia Orden Tercera, una vez trasladado el asilo a su nueva ubicación, se utilizó también como aula de esta escuela en su sección de niños, mientras que Ias niñas quedaban recogidas en este otro pabellón.




NOTAS
(1) Alejandro Ramos, Historia de Elche, 1987, p. 480.
(2) Pedro Ibarra y Ruíz, Historia de Elche, Biblioteca Digital Alicantina de Ia Caja del Mediterráneo
(3) Gaspar Jaén referencia estas fechas como 1563 y 1564, respectivamente
(4) Ibidem, Pedro ibarra, Historia...
(5) Alejandro Ramos, Historia de Elche, 1987, p. 480

(6) Gaspar Jaén, Formació d’una ciutat moderna de grandària mitjana: EIx, 1740-1962, 2017, p. 94
(7) En 1650, se otorga escritura de patronato del Convento por los Marqueses de Elche.
(8) Crónica de 1795. Pedro Ibarra, Conventos de Elche, 1931, p.65
(9) Gaspar Jaén, información contenida en Ia ficha del borrador del Catálogo de Edificios protegidos
(10)  En noviembre de 1893, se guardaban en Ia capilla los faroles de gas, aun cuando el alumbrado público ya era eléctrico, “per fer-los servir si fallaven els elèctrics”.

MATERIAL ADICIONAL

La fotografía que encabeza la entrada se ha tomado de un reportaje de Paco Ciclón