Tras oír las declaraciones del Alcalde de Elche y algún que
otro político más alrededor del Informe
de la Directora General de Patrimonio de la Comunidad Valenciana en relación a las excavaciones
arqueológicas del Mercado Central y los titulares de la prensa parece como si
el derribo del Mercado se fuera a hacer mañana. Sin embargo, tras cotejarlas con el contenido literal del informe cabe atribuir
claramente esa óptica al Alcalde, ahora firme partidario del proyecto del PP presentándose ante los medios como si tuviera prisa por ejecutarlo.
Nada de eso está en el escrito de Patrimonio como puede comprobar quien desee acceder a su contenido
Informe que
recomiendo leer con detenimiento recordando además que se emite a petición de la empresa que pretendía retrasar la tercera fase de la excavación arqueológica hasta obtener la necesaria autorización para proceder al derribo; a tal efecto APARCISA presentó la Memoria preliminar de la intervención arqueológica de la empresa ALEBUS solicitando a la Consellería de Cultura un pronunciamiento favorable a sus pretensiones.
Y digo leer con detenimiento porque el informe viene trufado de amonestaciones y varapalos para todos: a la empresa porque le obliga a realizar la tercera fase de las excavaciones como paso previo a la resolución final desatendiendo sus peticiones, a los placeros porque parece condicionar la tercera fase de la excavación a su desalojo (volveremos a ese tema en otra entrada) a la coordinadora de Salvem el Mercat porque no valora los restos encontrados en la segunda fase, pero en especial al Ayuntamiento un poco por todas partes, como si fuera un más que deficiente gestor del patrimonio cultural local, un tema sobre el que también volveremos por su trascendencia. Como botón de muestra destacaré el siguiente que aparece ya en la primera parte del informe dedicada a exponer los antecedentes del tema remarcando que en las intervenciones arqueológicas que afectaban al casco histórico la supervisión y el control fue estricta por la Dirección territorial ... tanto por declaración parcial como
BlC, como por ser incluido como tal en el Catálogo de Bienes y Espacios
Protegidos del PGOU d'Elx de 1997. Otros espacios, como el Rabal (sic) d'Elx, al no tener ninguna de ambas
consideraciones, pese a los requerimientos de la Dirección Territorial de
Alicante al Ajuntament d'Elx, para su catalogación, fue necesario ir aplicando otros
articulados de la legislación vigente, que no permitieron un control tan
eficiente como el establecido en el Casco Histórico.
Va a ser difícil encontrar una frase de más calado. Tanto la deficiente configuración del nivel de protección del casco histórico como la inexistencia de protección sobre el Raval cabe atribuirlas al Ayuntamiento, administración que debe iniciar el procedimiento.
Bien, volviendo al tema, muchas personas pensamos que el Plan de Reforma Interior (PRI) del Mercado Central presentado en su día por APARCISA (con todos los informes previos cocinados por la propia empresa para eludir los informes técnicos que deberían haber hecho funcionarios del Ayuntamiento) es una forma de hacer negocios privados a costa del patrimonio de todos los ilicitanos por la vía de meter al Ayuntamiento en la disyuntiva de tener que dejar a la mercantil ejecutar el proyecto y transferirle la propiedad del suelo y el dominio sobre todas las instalaciones e infraestructuras en el centro de la ciudad o bien exigir indemnizaciones millonarias si se le impide llevar adelante el proyecto, dejándolo todo preparado para que en cualquier caso APARCISA salga ganando. Pero es que además el PP al aprobar el PRI sentó un jugoso precedente para soslayar la normativa urbanística y de patrimonio histórico y poder (re)urbanizar suelo supuestamente protegido por el Plan General de Ordenación Urbana facilitando la entrada a saco de contratistas y especuladores sobre el maltratado centro histórico de la ciudad mediante la apertura de un procedimiento extraordinario (en la medida que no está claramente contemplado ni en el PGOU ni en la legislación urbanística) consistente en la aprobación ex ante de un plan de reforma sobre un terreno protegido, pues se parte del supuesto de que el lugar elegido está vacío de contenido protegible por inexistencia de restos arqueológicos mediante la inclusión en el preceptivo PRI de una fase de excavación arqueológica pagada y tutelada por el propio promotor como primer paso para su ejecución, condicionando su continuidad a los resultados de dicha excavación. Me parece sencillamente una enmienda a la totalidad sobre el manto supuestamente protector del decreto de 1968 con sus añadidos posteriores y al vigente PGOU.
¿Alguien puede decirme que argumento se puede usar para proteger el subsuelo del casco histórico si el propietario de un solar o de un edificio en su interior propone ahora construir uno nuevo con cuatro plantas de sótano dedicado a aparcamiento? El Partido popular de Mercedes Alonso al aprobar inicialmente el PRI y las Consellerías de Cultura y Urbanísmo con su aprobación definitiva dieron carta de legalidad inexplicablemente a un expolio anunciado sobre un territorio protegido. Pero es que el informe de la actual Dirección General de Cultura y Patrimonio no hace más que abundar en esa tesis al establecer sobre lo encontrado una valoración negativa: .. una sucesión de restos arqueológicos en el interior del actual edificio, cuya naturaleza subterránea y parcialidad en su conservación, debido a las múltiples reformas y variaciones de uso del solar y de la sucesión de los edificios allí existentes, hace innecesaria su conservación tras la documentación efectuada ... (el subrayado es nuestro). Con este apunte, que a buen seguro la Dirección General de Cultura tendrá que repetir cada vez que se presente un proyecto para urbanizar o construir en el casco histórico de Elche puede quedar liquidada la riqueza arqueológica del subsuelo de la ciudad, obviando además lo esencial: no son los restos aislados lo que hay que proteger en este caso, sino la existencia de la ciudad islámica, la Madinat-Ils de las fuentes árabes, si, como acertadamente supuso Mª Jesús Rubiera Mata los cristianos construyeron encima, un caso excepcional e insólito en la arqueología de las ciudades. Se produce además la circunstancia de que el urbanísmo islámico a excepción de contados elementos se erige aprovechando los materiales circundantes: tapial, argamasa, mampostería irregular, ladrillo.... Una Villae romana tardoimperial a buen seguro encierra elementos tan significativos como suelos y pavimentos de mosaico, pinturas al fresco, sillares y columnas de piedra, muros de sillarejo..., elementos que ya de por sí serían suficientes para garantizar su conservación, algo que en el urbanismo árabe solo podemos encontrar en residencias edilìcias y otros centros de poder, mezquitas, baños, elementos defensivos, etc.
Si conservamos en el subsuelo la ciudad islámica en su actual estado será posible en un futuro no muy lejano estudiarla sin necesidad de excavar o hacerlo solo en aquellos puntos en los que previamente se sepa que hay restos de interés; si la destruimos y lo hacemos bien tendremos la posibilidad de reconstruir en digital una imagen de lo que fue y la posibilidad de hacer lo mismo que ya estamos haciendo encima: reproducciones de cartón piedra sin vida y sin alma como la actual Casa de Gómez, el Edificio de La Mutua de Les Eres de Santa Llucia, la Casa neo-arabe del Filet de fora, etc. Encima si conservamos solo lo esencial, como en el supuesto de los recién excavados baños árabes se van a presentar como ruinas aisladas, sin contexto ni referencias materiales, históricas y geográficas. Después nos quejaremos de que el turista se vaya a la playa y no deje ni un euro en la ciudad.
Cadena SER · Hace 1 día
Titulares del Diario Información. edición impresa / digital “El mercado de Elche salva el escollo de las catas y se prepara para el desalojo” / “El Mercado Central salva otro escollo”
o este: Cultura descarta que los restos hallados en el Mercado tengan valor para su conservación
Los costes de la rehabilitación son perfectamente asumibles por el Ayuntamiento pero lo peor de todo es que ya podría estar hecho y funcionando. 
Los costes de la rehabilitación son perfectamente asumibles por el Ayuntamiento pero lo peor de todo es que ya podría estar hecho y funcionando. 
