Hace muchos años, apenas un adolescente, descubrí
sin saberlo el Castillo del río de Aspe. Paseaba por los
alrededores del Pantano buscando minerales: yeso cristalino, cuarzo y nódulos
de sílex, jacintos de Compostela, etc. Me quedé anonadado viendo los torreones desde abajo, los restos de muros del recinto, la cantidad de fragmentos de cerámica
esparcidos por el suelo (como el Castellar de Morera, se me quedó). Volví
unos años más tarde sabiendo ya que era y lo que iba a admirar. En ambas excursiones transité
sin dificultad por el margen izquierdo del rio desde el Pantano, por un camino
que discurría en paralelo al cauce y al canal de derivación de Lafarga.
Lo intenté hace apenas un mes y para mi
sorpresa tengo que decir que no he podido repetir el itinerario: la
eutrofización de las aguas y la subida del nivel freático al cerrar la presa y
dejar el agua rebosar por encima provoca que el camino haya
desaparecido tragado por la sobreabundancia de vegetación en especial por el carrizo, tan denso que resulta además
materialmente imposible transitar por allí. De hecho, solo tras varios intentos
fallidos he podido vislumbrar una vía hacia el Castillo del río sin
cambiar de margen, encaramado a la línea de cresta. La potente
estribación del Tabayá que los de Aspe
llaman El Volao con razón, y que se prolonga en el otro margen del Vinalopó
en la Sierra de La Temerosa, constituye además un obstáculo no menor para
llegar, aunque contiene sorpresas, como veremos otro día.
Se produce además la circunstancia de que en ese
margen, desde el Pantano hasta El Volao (dorsal del
Tabayá que encajona al Vinalopó antes de llegar al Pantano, donde se ubica la toma de Pavía en su cara N) dentro del Paraje
natural protegido de Los Algezares, apenas se citan elementos de interés en los paneles y guías que he consultado hasta la
fecha en el recorrido, incluyendo la documentación del Plan publicada por el Ayuntamiento de Aspe y su aprobación en el DOGV. Casi todo está en el margen derecho del Vinalopó, en el izquierdo apenas se nombran itinerarios señalados aunque hay elementos que
pueden visitarse, propiedad de nuestro Ayuntamiento o directamente relacionados con nuestra ciudad, en especial el canal de Lafarga (seco en el término de Elche, pero que lleva agua casi en la totalidad del recorrido en el de Aspe, lo que debe interpretarse como que aún podría funcionar), los aljezares y el horno de Román y otras ruinas menores interesantes por lo que
fueron; pero también la fauna, la flora… Y por encima de todo un paisaje espectacular, con el
predominio de lo mineral, con el cromatismo especial de los afloramientos
diapíricos de arcillas y margas
yesíferas que aquí se pueden admirar en todo su esplendor.
Algezar |
Calera Aljezares de Román |
Boca de túnel. Salida del mineral |
Canal de Lafarga en el término de Aspe con agua |
Vistas de la Calera de Román |
Acceso abocinado al interior de la calera |
Conos emergentes de jopo |
en floración |
Precioso artículo, con muy bonitas fotos... ¿entonces sí que hay forma de llegar hasta el Castell del Riu? Trepando un poco, imagino, no?
ResponderEliminarSaludos Daniel. Gracias por comentar. Hay dos formas de llegar. La fácil consiste en cruzar el río por el carrizal (en google maps se ve, no hay problemas). La que he seguido consiste en trepar hasta la línea de cresta de "El Volao". Cuanto más arriba subas para vadearla mejor porque si lo haces más abajo te encuentras con una pared vertical muy peligrosa que encima te dejaría empantanado, sin poder vadear ni salir a un terreno practicable. Como veo que te gusta pedalear, para nada lo intentes con bici porque es imposible subir o bajar la cresta con ella. Venga
ResponderEliminarMe gusta tu blog. Saludos
ResponderEliminarPAZ