domingo, 27 de septiembre de 2015

El Bajo Vinalopó en época árabe: María Jesus Rubiera Mata


Hay textos cuyo contenido equivale a encender un rayo de luz en una escena dominada por la oscuridad. Artículos de investigaciones en proceso, apuntes, síntesis apresuradas,... Así que al margen de que no suelen ser resultados definitivos, el cúmulo de hipótesis que ofrecen suele ser suficiente para invitar a una aproximación, aunque solo sea parcial o / y directamente dar un paso más allá y entrar en terrenos menos trillados aunque más sugerentes, incluso dejar que la imaginación invada los márgenes apenas entrevistos en el texto. Algo así me pasa cada vez que leo  y ya van varias— el artículo de María Jesús Rubiera Mata El Baix Vinalopó durant l’època àrab[1], un trabajo que fue acertadamente definido por F. Franco Sánchez[2] como “una valiosa síntesis de conocimientos de la historia islámica del sur alicantino. A la par, supone un avance en el conocimiento de la región que, centrada en la importante ciudad de Elche (comarca del Baix Vinalopó), desempeñó un relevante papel político en el inicio del emirato: papel de oposición al nuevo poder omeya y de ayuda a los sediciosos ‘abbasíes’, que determinará finalmente el cambio del enclave de la propia ciudad de Elche, desde su antigua ubicación a la sede actual”. Y aunque esa es, nada menos, la principal línea argumental del artículo, surgen entre líneas numerosas sugerencias. Valga este resumen interesado (pues están subrayadas las cosas que más me interesan) además, como homenaje improvisado a la autora.

El Bajo Vinalopó en época árabe / María Jesús Rubiera Mata

La comarca o iqlim de Elche, subdivisión administrativa de la Cora de Tudmir[3], aparece documentada frecuentemente en los textos árabes medievales ya que su historia está relacionada con los mismos hechos de la conquista musulmana de Hispania. La grafía árabe de Elche  (Alif, lam y sin) corresponde a la pronunciación en latín vulgar de Ilike, y eso plantea un problema, ya que hubo un traslado de la población de Ilike-La Alcudia a Elche en época árabe y los habitantes de Elche bautizaron con el mismo nombre el nuevo lugar en el que se instalaron[4]. El motivo del traslado hay que buscarlo en la propia historia musulmana de la región durante el siglo VIII de nuestra era.
Rubiera cree que en el momento de la conquista musulmana de la Península Ibérica hubo un desembarco en las costas de Tudmir, teoría que se basa en un dato que aparece en fuentes árabes que a menudo han sido ignoradas: la conquista de las Coras de Tudmir, Granada y Málaga, en este orden, por un hijo del gobernador de Qayrawan y conquistador de Al Andalus, Nusa ibn Nusayr.  Este orden de conquista presupone un desembarco por la costa levantina del Mediterráneo y no por Gibraltar. Destruido el antiguo puerto natural de la zona (Cartagena),  quedaba el Portus Ilicitano que aparece en las fuentes árabes en forma masculina Sant Paul o Pol, hecho que abre miles de posibilidades, como por ejemplo que fuera ese el lugar donde desembarcó Saulo De Tarso en su visita la Península Ibérica.

Oasis de Siwa. Egipto
El Pacto de Tudmir
Según la vieja crónica del moro Rasis, el Pacto de Tudmir suscrito entre los musulmanes y los señores visigodos se produjo en 712, un año después de los primeros desembarcos árabes de 711. Se conocen 4 versiones de pacto, con variaciones en el nombre de las ciudades sometidas a los musulmanes que reconocieron su soberanía a través de pagar un impuesto y la colaboración militar; a cambio conservarían sus bienes y su religión. La presencia de Elche entre las ciudades del Pacto es bastante probable, dada su importancia en época visigoda, momento en el cual se construyó una basílica y vio aumentada su importancia por su puerto marítimo, recién destruido el de Cartagena.
Teodomiro de Orihuela tenía posesiones en tierras ilicitanas; era un gran terrateniente y de aquí provenía su función militar de defensa del territorio. El Pacto impedía repartir las tierras entre los conquistadores árabes y una de las fórmulas que encontraron para hacerse con la propiedad de la tierra fue el desarrollo de una política matrimonial de conveniencia. Teodomiro tuvo que casar una hija suya con un noble árabe, Ibn Khattab, cliente de los califas Omeyas de Damasco, dotándola de algunas de sus propiedades. De esta anécdota histórica nos interesa el dato que hace referencia a las posesiones de Teodomiro en tierras ilicitanas. La dote concedida  consistió en dos alquerías. Una de ellas, conocida con el nombre de Tall al-Khattab, sierra o colina de Khattab, un lugar que aún no se ha podido identificar. La otra es la alquería de Tarsa, situada a tres millas de Elche, creemos que podría ser la actual partida rural ilicitana de Algoda, nombre que podría derivar de “La Goda” y hacer referencia a la hija de Teodomiro.
En 740 llegó  a Al-Andalus una segunda oleada de emigrantes árabes conocidos con el nombre se “sirios” a pesar de que también venían de Jordania, Palestina y Egipto. Los cristianos aquí aceptaron la presencia de los sirios como un mal menor, los cuales resultaron ser unos socios en la propiedad de la tierra muy provechosos ya que invertían parte de sus ganancias en la mejora de los regadíos como ya habían hecho en Oriente; según las fuentes árabes los nuevos copropietarios eligieron aquellas regiones que les recordaban sus lugares de origen. Los egipcios eligieron Tudmir porque el Segura les recordaba el sistema de regadíos del Nilo. Los sirios tenían obligaciones de carácter militar al servicio del estado musulmán y tenían que reunirse en campamentos (Al-Askar); no obstante el Mediterráneo en el S. VIII era un mar “sirio” con toda la costa bajo el dominio de los Omeya.

La llegada de Ab Al Rahman I, tras la caída de su dinastía en Oriente provocó un cambio es esta circunstancia. En 778 desembarcó en las costas de Tudmir  un agente abasida  con el apodo de “El eslavo” por su aspecto europeo a pesar de ser árabe. El desembarco se hizo con la complicidad de los habitantes de Tudmir probablemente para recuperar sus privilegios. Tras acabar con la revuelta y el asesinato de El eslavo. Abd-Al Rahman I hizo hundir la flota de Tudmir y despobló una serie de ciudades como Santaver (Cuenca),  Valencia y otras por su complicidad con el régimen abasida; podríamos pensar que una de las ciudades despobladas fue Elche de La Alcudia, especialmente porque con toda probabilidad el desembarco de los abasidas se debió producir en Santa Pola. Sus habitantes fueron instalados en un lugar más llano y por tanto más controlable. Recordemos que Alcúdia es un arabismo que significa “tosal” y que está más sobreelevada que Elche. Esta es nuestra hipótesis de traslado de la ubicación de la Illike antigua al Elche musulmán[6].
Además el emir Abd Al-Rahman I tomó otras medidas como construir un sistema de defensa al estilo bizantíno, vigilando las vías de comunicación terrestres que hacían sumamente vulnerable la costa mediterránea con la gran Vía Augusta que la recorría longitudinalmente. Así nació un sistema de defensa que controlaba la Vía Augusta y el golfo ilicitano. Las piezas clave eran los castillos de Callosa y Alicante. Parece probable que con estos sucesos se acabara el régimen tributario de los godos nacido con Teodomiro; por esta razón sus tierras serán confiscadas y pasarán a los nuevos inmigrantes, los Qamaa, a una rama de los cuales pertenecían los Banu-Shaikh, señores de los castillos de Alicante y Callosa hasta su rebelión en el S. X.

El Elche árabe y el Vinalopó
El Elche árabe vive bajo la influencia del rio Vinalopó. Los geógrafos árabes describen como la característica más importante de la ciudad el hecho de que está dividida en dos partes por un brazo procedente del rio y es en tierras ilicitanas donde, según nuestra opinión, el rio toma su nombre. Ya Al-Udhri en el siglo XI cuenta entre las cosas maravillosas de Tudmir se encuentra una peña llamada Peña del Lobo (Pinna Lupus[7]) que tenía como cualidad extraordinaria  el hecho de que si se llevaba al lobo o a cualquier otra fiera, esta se amansaba. También decía que esta peña se encontraba en Santa Pola, lugar en el que desemboca el Vinalopó. La desecación del rio y el cambio histórico de su lecho hacen difícil la posible localización de esta peña en la geografía ilicitana.
La historia árabe de la ciudad de Elche fue tranquila precisamente por no ser un hisn o ciudad–castillo como Alicante y Callosa por eso no aparece con frecuencia en las crónicas árabes, atentas a las rebeliones y batallas.
En el siglo XIII, cerca de la fecha de la conquista cristiana pasó por la ciudad Ibn Saíd Al-Magribí especialista en geografía literaria de Al-Andalus, y dice: Pasé por esta ciudad y toda su tierra estaba transformada en barro, cuando se decía que se parecía a Medina, la ciudad el Profeta.
Su belleza era proverbial, hasta el punto de ser comparada con una de las ciudades oasis del Islám, famosas por el verdor en medio del desierto. Podemos suponer que el Vinalopó había tenido una de sus avenidas típicas y se había llevado por delante tanta belleza. Este dato parece confirmarse por los hallazgos arqueológicos musulmanes del Elche actual, situados todos en el subsuelo. Incluso los baños están en un subterráneo, de manera que el Elche musulmán se encuentra debajo del cristiano, mientras que en otras ciudades de la región los rastros musulmanes han desaparecido o se encuentran escondidos. Parece como si Elche, con cada cambio de civilización se borra a sí misma para dejar que los nuevos pobladores dibujen a su capricho la nueva planta

Necrológica:
Recopilaciòn de artículos y otras publicaciones, con acceso al texto completo en algunos casos.
Principales aportaciones de María JesúsRubiera Mata a la granada nazarí:
La materialidad del Pacto de Teodomiro a la luz de la arqueología /  Sonia Gutiérrez Lloret 

La fotografía que encabeza la entrada de hoy procede de: http://www.danipastor.es/


[1]   La Rella, Ajuntament d’Elx, n/ 6, 1988, pp. 49-56. Hay versión digital en: http://www.raco.cat/index.php/rella/article/viewFile/72021/123862
[3] No me resisto a citar aquí la correspondencia casi literal entre el árabe palmera ”tadr”, el nombre del rio Segura (Tader de los árabes) y de la cora (Tudmir), así como su principal artífice (Teodomiro). Rio y comarca de las palmeras.
[4] Un motivo más para continuar con la denominación tradicional e histórica de los habitantes de nuestra ciudad en valenciano (il·licitans, o ilicitans, tanto da)  no como el desafortunado y redescubierto (sic) Elxà. V.: http://www.yporquenounblog.com/2010/11/elxa-no-gracies-soc-illicita.html
Sobre este tema volveremos en una próxima entrada.
[6] Pese a los recientes descubrimientos, no se han encontrado restos islámicos en el actual Elche de fecha tan temprana como postula Rubiera
[7] Debo recordar aquí que hasta bien entrado el S. XX la denominación, incluso en la cartografía, del rio era V¡nalapo)

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