Una nueva visita al despoblado del Molar

Gracias a las atenciones de Raúl Agulló fué posible visitar con cierto detalle el interior de la iglesia y casa anexa del despoblado de San Francisco de Asís en El Molar. El propietario José Fuentes, a través del marido de su hija Santiago Pérez gentilmente nos abrió las puertas y nos acompañó, así que desde aquí nuestro agradecimiento a todos; quedó pendiente una charla para hablar con José Fuentes, un hombre de avanzada edad que pasó su niñez en la casa y ermita del Molar y casi seguro que tendrá historias más que interesantes para contar aquí.

Detalle de la fachada de la casa con esquina de ladrillo y sillares en su base

Parte superior del muro divisorio del templo y la casa. Unión de mampuestos y ladrillos

Una vista detenida del complejo muestra que buena parte de la edificación civil anexa alrededor de uno de los brazos menores del crucero se erigió al mismo tiempo que la iglesia, pudiendo apreciar desde dentro el enlace entre las verdugadas de ladrillo y los gruesos muros de mampuesto con que está edificada; también aparece en algunas partes el mismo ladrillo y la misma técnica constructiva que la iglesia; no es extraño pues en aquella época era frecuente adosar la casa del cura a la sacristía, como parte integrante del edificio; en consecuencia debe considerarse el conjunto al mismo nivel de protección: un edificio singular del XVIII atribuible a un arquitecto notable vinculado a la casa de Arcos, cuyos restos pueden venirse abajo más pronto que tarde si alguien no pone remedio, con daños estructurales probablemente asociados a la acción combinada de las inclemencias del tiempo, ya se sabe: diferencias de temperatura día / noche, lluvia y humedad, vientos, palomas y otros animales, etc.,  que afectan sobremanera a las edificaciones a cielo abierto.  

Grietas en una de las habitaciones del piso superior. El suelo sembrado de palomina.

Junto a ello hay intervenciones posteriores perceptibles porque las técnicas constructivas empleadas difieren notablemente de lo expuesto: grosor menor de los muros, uso de teja alicantina, etc., incluso el recinto sacro está sujeto a ellas, como la otra nave menor del crucero, opuesta a lo que sería la sacristía y casa del cura, en la que se ha creado una altura intermedia con vigas de palmera, para aprovechar mejor la altura de la nave. 

Altura añadida en el brazo menor del crucero , con troncos de palmera 

Junto a la fachada quedan vestigios de lo que sería la escalera del campanario y en la parte opuesta de ese lado entre el templo y la casa, otra escalera da acceso al piso superior y a los contrafuertes de la bóveda, evidenciando un sistema constructivo común en este tipo de edificaciones. 

Hueco de la escalera en el interior de la casa

Detalles del interior del templo: molduras de la cornisa

Interior de la casa. Gruesos muros de mampuesto con el revoque de yeso parcialmente desprendido

Restos de los contrafuertes de la bóveda en el tejado, con la vegetación creciendo sobre el techo de las capillas menores

Escaleras de acceso al campanario

Vista parcial del muro divisorio del templo con la casa

Ventana cegada. Los vanos también se refuerzan con ladrillo.

Lateral de la casa

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Aljibe y pileta junto a la ermita

Nota: gracias a Gónzalo Martínez Español, que me señaló un detalle reiteradamente citado en nuestras charlas y no recordado. Joseph González de Coniedo también participó en la capilla de la Comunión de la Iglesia de San Juán del Raval, una parte lamentablemente desaparecida, al contrario que la capilla de nuestra basílica.