En esta segunda entrega se analiza el contexto social y la fundación de la sociedad, determinando con claridad el punto de toma de agua en la Acequia Mayor, en un lugar del cauce del Vinalopó repleto de restos de infraestructuras hidráulicas, como veremos en esta y en posteriores entradas.
4. Contexto social: 1850-1950
4.1. Els anys roins Durante
la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX, se experimenta de forma
generalizada a nivel nacional y de forma tal vez más dramática a nivel local,
una crisis en los sistemas y gestión del abastecimiento de agua, tanto potable
como de riego. Las instituciones públicas se verán desbordadas e incapaces de
aportar soluciones a corto plazo ante el pujante crecimiento urbano y
demográfico de las ciudades así como de la zona agrícola en general, con el
consiguiente aumento de la demanda de agua y el precio de la misma.
Este incremento de la necesidad
de agua coincidirá a su vez con dos circunstancias cruciales que agravarán esta
situación: Por un lado, con una notable falta de recursos económicos por parte
de la administración; y por otro, en este periodo se darán una sucesión de
largos ciclos de fuertes sequías que se repetirán principalmente en tres
intervalos de tiempo comprendidos entre los años: 1842-1850, 1874-1878 y la
gran sequía de 1907-1914, conocida en el campo como “els anys roins”, y
que obligaron a emigrar a gran parte de la población del medio rural a otras
tierras o hacía la ciudad, atraídos por la incipiente industria alpargatera,
aunque la ciudad continuará siendo eminentemente agrícola hasta bien entrado el
siglo XX.
Así pues, ante esta reivindicación
de más agua y frente a la falta de recursos y soluciones factibles, estos
servicios pasarán a ser asumidos por agentes privados. Con este fin, se
constituyen de forma generalizada, un gran número de empresas privadas de todo
tipo, al objeto de satisfacer esta creciente demanda como un nuevo y atractivo
negocio, cuya actividad estaba garantizada y muy bien pagada.
Este fenómeno se dará en todo el
territorio nacional, si bien será en la franja mediterránea, desde Barcelona
hasta Murcia, la zona donde mayor número de empresas se crearan al efecto, con
diferencia del resto: en el periodo de 1840 a 1970, en esta zona se crearon 136
empresa cuyo objeto era el abastecimiento del agua, de un total nacional de 273
(el 49,80 % del total)[1],
en las que llegaron a participar inversores extranjeros[2].
A partir de 1915, hasta el
letargo y paralización por el periodo bélico de la Guerra Civil (1936-39), el
desarrollo agrícola experimentará una notable recuperación y relativa
prosperidad con la participación del conjunto de estas sociedades que, poco a
poco como ya se comentó, irán desapareciendo a partir de la consolidación del
riego con las aguas dulces de las elevaciones de los sobrantes de las Pías
Fundaciones del Cardenal Belluga a partir de 1910.
Posteriormente, durante el
periodo de autarquía de posguerra a partir del 39, el intervencionismo del
estado se extendió a lo largo de todo estado con una política económica basada
en la intervención y la autosuficiencia económica, asumiendo gran parte de los
problemas de abastecimiento mediante el otorgamiento de subvenciones e
intervenciones, sobre todo en las poblaciones con menor número de habitantes,
relegando en un segundo orden a las pequeñas empresas privadas que aún se
mantenían y que se verán abocadas a desaparecer.
4.2. Les espardenyes. A nivel local en este periodo, la
ciudad de Elche experimenta los inicios de su desarrollo industrial que
desencadenará una serie de transformaciones, tanto urbanas como sociales que
terminarán configurando la imagen y coyuntura de la ciudad actual. Por un lado,
la actividad industrial irrumpe con fuerza en un escenario que hasta la fecha
mantenía de forma predominante su carácter agrícola, con la proliferación de
fábricas de nueva construcción, ocupando los huertos de palmeras inmediatos a
la ciudad, desarrollándose a costa de estos.
La actividad industrial principal
estará basada en el calzado textil, destinada principalmente a la fabricación
de alpargatas o espardenyes, que impulsada por la introducción del yute
(año 1860), como nueva materia prima para las suelas y el aumento considerable
de la demanda, tanto nacional como internacional[3],
rápidamente implicará una mayor mecanización y nueva tecnología y
consecuentemente, una mayor inversión y aportación de capital.
Estos movimientos de renovación y
mejoras técnicas se dan igualmente en el resto de actividades e
infraestructuras, destacando como ya se ha mencionado, las obras de acceso del
Ferrocarril; la modernización de los sistemas de captación de agua y riego con
la puesta en servicio del pantano, así como la aparición de nuevas sociedades
de riego a principio del siglo XX de moderna tecnología, que empezaran a
desplazar y sustituir los sistemas de riego históricos de la Acequia Mayor y de
Marchena.
Así mismo, paralelamente e
íntimamente relacionado con este desarrollo industrial y tecnológico, se irá
adoptando importantes renovaciones en las estructuras agrarias [4]
con la especialización de los métodos productivos agrícolas y de sus sistemas
de riego, al incrementarse igualmente, la demanda y el precio de sus productos.
La actividad agrícola a la par
con la actividad industrial (aunque pudiera parecer contradictorio), supondrán
en esta época las principales áreas de inversión del capital como fuentes de
trabajo y beneficio garantizado.
La particular idiosincrasia del
empresario ilicitano, íntimamente relacionado y originario en la mayoría de los
casos de ambientes agrícolas, hará que ambas actividades (la industrial y la
agrícola), aparentemente antagónicas aquí confluyan en intereses y personajes
comunes cuyo dinamismo empresarial hace que se impliquen a su vez en todo tipo
de actividades (política, sindicales, periodismo, sociedades culturales, etc.)
y negocios varios (regadío, agrícolas, industriales, eléctricas, bancos, etc.),
confundiéndose la figura del capitalista inversor, el directivo y el
propietario de tierras, generalmente en la misma persona y cuyas actividades se
sustentan a la vez, en fuertes vínculos familiares.
Gran parte de los beneficios
generados, provenientes tanto de la industria como de la agricultura, serán
reinvertidos en nuevas tecnologías y en el desarrollo de ambos sectores
indistintamente, pues en la mayoría de los casos, son los mismos industriales
los que a su vez, impulsan y patrocinan las explotaciones agrícolas, y forman
parte de los órganos de gobierno o estructuras organizativas, de ambas actividades.
Así encontramos (entre otros
muchos), y relacionado con el tema que nos atañe, a D. Gervasio Torregrosa y
Parreño[5]
, empresario y propietario, fundador de la sociedad de riegos “La Antisequía
S.A.”, a la vez que desempeñaba su función como vocal de la acequia de
Marchena; D.
Vicente Sansano Fenoll[6],
(1866-1944), empresario relevante que
empezó con la fabricación de alpargatas, fue pionero en su transformación al
zapato y participó igualmente en los proyectos del Agua de la Alcoraya y Riegos
de Levante, fundó asociación de propietarios, “La Agrícola Ilicitana” (1912)
y presidió la “Comunidad de Labradores”, entre otras muchas actividades
empresariales y políticas.
Imagen 6.
Pascual Mollá Coves, Gerente de la sociedad “La Antisequía”.
Fuente: Memoria Digital de la Ciudad de Elche, Cátedra Pedro Ibarra.
|
5.1. Antecedentes De la
relación de sociedades particulares constituidas desde el final del siglo XIX
con la esperanza frustrada de aportar agua a los campos, en la actualidad
podemos encontrar de casi todas ellas, más o menos información que las
identifica y nos permite conocer su envergadura, técnica y contexto histórico
particular.
Sin embargo, no deja de llamar la
atención como de una de ellas en concreto, en lo referente a la denominada como
“La Antisequía S.A.”, se ha omitido en la práctica totalidad de
los textos y documentos escritos o gráficos que se han publicado sobre el tema,
no haciendo referencia alguna a la misma, incluso olvidándose prácticamente su
recuerdo de la memoria histórica más reciente, máxime si consideramos la
singularidad de su proyecto por lo menos en tres de sus aspectos más
significativos:
1.- Mientras que el conjunto del
resto de proyectos y sociedades aparecidas en este periodo, se afanan en
explotar nuevas fuentes, manantiales o caudales de abastecimiento, tan solo “La
Antisequía”, plantea la utilización y aprovechamiento de parte de las aguas
del riego histórico de la acequia Mayor ya existente con la creación de un
nuevo brazal, derivando el riego al otro lado del cauce como antaño se hiciera
con Marchena en tiempo de moros y con un sistema similar de explotación al de
antaño.
2.- Se plantea igualmente por
primera vez en Elche, la técnica mixta del acueducto-sifón para salvar el
fuerte desnivel del cauce del Vinalopó, sin recurrir al sistema tradicional
hasta ahora de presas, “Azudes” o “Rafas”.
3.- La envergadura del proyecto
sorprende por sus ambiciosas pretensiones de extender el riego a una vasta
extensión de terreno de secano en la margen derecha del Vinalopó, situadas
principalmente en la zona noroeste junto a la ciudad, correspondientes como se
indica en su escritura de constitución con las tierras de secano de Carrús,
Llano de San José, Matola y Algorós, es decir unas 425 Ha. brutas (unas 85
Ha en la zona de Carrús y el resto en el Llano y Matola principalmente), con un
trazado lineal estimado en su acequia madre de unos 7.000 Ml.
De las escasas referencias
obrantes al respecto, tan solo hemos podido encontrar su mención en un texto de
Vicente Gozálvez, donde tan solo la como una sociedad más dentro de la lista
general referida, sin información complementaria alguna o dato significativo de
la misma.
Así mismo, en el trabajo
realizado por Juan Manuel Matés Barco de la Universidad de Jaén sobre “Las
empresas de abastecimiento de agua potable
en España (1840-1970): Ciudades y distribución geográfica”,
incluido en el XXVI Encontro da Associação Portuguesa de História Económica e
Social (APHES)…, y en el titulado “El servicio público de aguas potables en
España: un sector entre la confluencia de los intereses públicos y privados”, dentro
del Grupo de Estudios Históricos y Económicos sobre la Empresa (GEHESE),
aparece igualmente citada, como referencia aislada: “La Antisequía” de
Elche (1894), e incluida en ambos casos erróneamente, como empresa local de
suministro de agua potable junto con la “Elche Water Works”, de capital
extranjero, cuando en realidad esta sociedad se planteó en exclusividad al
suministro de agua de riego y de inversión local.
“La Antisequía, S.A.”,
aparece referenciada igualmente, en la relación de sociedades anónimas
domiciliadas en España y operativas a 1914, en el grupo de actividad de aguas
potables y riego, indicando su año de fundación en 1894[7].
El desconocimiento y olvido
generalizado de estos singulares acontecimientos, incluso del olvido y origen
de los restos de acueductos y construcciones existentes, han sido el motivo del
presente artículo.
El punto de partida de la
investigación fue el año de constitución de la sociedad, a partir del cual y
tras el estudio de los Libros de Actas Notariales de ese año, se obtuvo
el protocolo de la escritura de constitución, y a partir de aquí, el
seguimiento y deshilvanado de expedientes y legajos relacionados, repartidos
entre el AHME (Archivo Histórico Municipal de Elche), con una única referencia
existente en el Archivo Histórico de la Comunidad de Propietarios de la Acequia
Mayor; el AHPA (Archivo Histórico Provincial de Alicante); el AGMF (Archivo
General del Ministerio de Fomento de Madrid) y el AHAP (Archivo Histórico de la
Administración Pública, en Alcalá de Henares), encontrando en estos últimos los
expedientes administrativos del proyecto.
5.2. La toma del agua La
peculiaridad principal del proyecto radica básicamente en el propio objeto de
la empresa, es decir, en la toma del agua de la acequia Mayor por su partidor
de Asnell y su derivación al otro lado del cauce para dotar de riego y poner en
valor, aquellas tierras de secano.
A tal efecto será condición
previa y necesaria para poder llevar a cabo este propósito por un lado, la
autorización primeramente por parte de la Comunidad de Propietarios de la
Acequia Mayor del Pantano de Elche para poder tomar el agua y actuar sobre la acequia
creando esta nueva derivación del brazal existente, y por otro, una vez
conseguido el mismo, la constitución legal de servidumbre de acueducto sobre el
cauce del Vinalopó por parte del Gobierno Civil.
La Junta Directiva de la
Comunidad de Propietarios de la Acequia Mayor del Pantano, en sesión celebrada
en la alcaldía el 25 de julio de 1893, siendo presidente de la misma el alcalde
de la ciudad D. Manuel Pomares Fuentes y ante la petición realizada por dicha
sociedad representada por D.
Pascual Mollá Coves, acuerda
conceder “el permiso de tomar las aguas por partidor de Asnell y a su costa,
construir un nuevo brazal que las conducirá a la parte de Poniente del
Vinalopó, para ser utilizadas en el riego de tierras de las partidas de Carrús,
Matola, Llano de San José y Algorós” con la única condición que el agua a
utilizar sea adquirida por compra a la acequia Mayor y a costa de dicha
sociedad, quedando bajo la vigilancia de su Junta Directiva, la construcción de
las obras propuestas hasta la salida de las aguas de la demarcación del riego
actual de la acequia.
A todos los efectos legales “La
Antisequía, S.A.” se considera como concesionaria de la acequia Mayor, es
decir, con derecho a puja y a adquirir el agua de la misma para el riego de
unas tierras fuera de su demarcación histórica. Así quedará recogido en el acta
de ratificación de su Junta Directiva del 24 de Abril de 1894, y posterior
certificado de D. Pedro Belda Bernad, Oficial Primero y secretario accidental
del Ayuntamiento de la ciudad y como tal de la Junta de aguas de la acequia
Mayor, de fecha 15 de mayo de 1894.
El citado acuerdo establece
además, “… en atención a lo incierta que es la vida de las sociedades
anónimas”, un plazo máximo de 4 años para llevar a cabo las obras
proyectadas, transcurrido el cual se consideraría caducada la citada concesión
si éstas no hubieran finalizado[8].
El partidor de Asnell, anterior a Anoy y
segundo del tipo de “pico móvil” que nos encontramos en la acequia Mayor
tras el de Carrell, queda situado a unos cien metros del Molino de Dos Moles
junto a la Fábrica de Ferrández, coincidente donde actualmente finalizan
los restos del trazado de la 6ª elevación de Riegos de Levante a la izquierda
del cauce.
Imagen 7.La acequia Mayor y su partidor de Asnell
deriva las aguas al este por el brazal del mismo
nombre.Fotografía, Noviembre de 2003
(Hoy en día el partidor está desaparecido)
|
La superficie de los huertos
regados en la actualidad por este brazal alcanza las 250 tahúllas (238.284 m2),
no habiéndose detectado variaciones significativas respecto a la situación
obrante en el siglo pasado, tanto en lo referente al número de huertos afectos
por este partidor, como a la superficie de los mismos, por lo que se desconoce
la abultada diferencia entre los datos apuntados, salvo que se esté incluyendo
en el cómputo, otras zonas de riego diferentes a los huertos, donde tendría
cabida el nuevo partidor de la Antisequía.
Enric Guinot Rodríguez y Sergi
Selma Castell, (“Acequias de Elche y Crevillente” p. 124 año 2003),
apuntan que a mediados del siglo XIX (1850- 1860), este partidor alcanzaba el
riego de unas 600 Th[10],
es decir unas 57,18 hectáreas de tierra regada, “que el agua recorría en
media hora”.
5.3. El caudal La unidad
de reparto del agua en el riego tradicional de Elche en su acequia Mayor es el fil
d´aigua (hilo de agua), que representa una división o parte del caudal
derivado del cauce del rio Vinalopó en un tiempo determinado, teniendo pues un
doble sentido como valor temporal y volumétrico.
Respecto al tiempo, o duración de
utilización del hilo de agua, ha sido siempre en base duodecimal (12 horas),
estableciéndose la duración del
hilo en 12 horas cuyo inicio de su cómputo quedará
fijado a partir de 1789[11],
de 6:00h – 18:00h los de la mañana (hilos de día), y el resto del tiempo, como
hilos de noche.
Imagen 8.
Detalle del diseño del partidor de Asnell
realizado por el arquitecto Francisco Verde (Septiembre de 1676) |
Así pues, en la actualidad, un fil
d´aigua es la doceava parte del caudal derivado del río durante 12 horas
continuadas, como unidad proporcional de un volumen no constante, como caudal
variable pues depende del propio caudal que aporte el rio en su momento.
Pedro Ibarra en su “Institución
del Riego de Elche”, recoge el dato (seguramente de Lafarga, aunque no lo
indica expresamente), de un caudal teórico medio estimado que sale del pantano,
es de unos 360 l/s puntualizando su gran irregularidad según las estaciones y
climatología, lo que nos daría 12 tallas de unos 30 l/s cada una en término
medio[12],
con lo cual vendría a suponer que un hilo de agua aportaría al terreno a
regar una cantidad estimada de unos 108.000 litros de agua a la hora, es decir,
un total de 1.296.000 litros por hilo en doce horas.
El rendimiento estimado de un hilo
de agua en el riego a manta (sistema normalmente utilizado en este
periodo, y en la actualidad), como referencia y considerando el aporte de una “buena
talla” (o “buena agua”) y en doce horas, abarcaría una extensión
aproximada de “38 áreas de olivar, 42 áreas y 72 centiáreas de granados y 47
áreas y 53 centiáreas de palmeras y granados.”[13].
Teniendo en cuenta que la caja de la acequia en este punto, puede llevar entre
7 y 10 tallas de agua, y en relación a las dimensiones del partidor y su brazal
(45 cm de ancho por un total de 55 cm de altura), Asnell derivaría como máximo
entre 1 y 1,5 tallas. Así pues, si consideramos un caudal medio de paso de 1,25
tallas (un hilo y cuarta), resultaría un total de 135.000 l/h, es decir
1.620.000 litros cada 12 horas lo que equivaldría a una superficie de riego de
olivar de unas 5 Th (4.750 m2). Este tanteo generoso, en cultivos en tierras de
secano podría casi triplicarse llegando a alcanzar las 15 Th esa misma cantidad
de agua, ampliándose a su vez, la alternancia de los periodos de riego.
Por otro lado, si bien durante
siglos se mantuvo tanto el sistema originario del reparto del agua de la
acequia Mayor en nueve tallas para el riego de los huertos de palmeras, dos
tallas para Marchena, y una para el uso de la ciudad, como la administración
del riego mediante el reparto por el sistema de tandas o turnos[14]
asignado a cada partidor, a partir de que la posesión, administración y gestión
del agua de la acequia pasa a manos de los propietarios, al margen del
Ayuntamiento, se generarán una serie de cambios tanto en la organización, como
en la administración del agua, asumiendo un nuevo sistema que permitirá la
subasta diaria de los nueve fils d´aigua de la Séquia Major sin el
condicionante de las tandas. El origen de estos cambios los encontramos la propia
constitución de la Comunidad de Propietarios (1789-1878), y sobre todo, después
de la adquisición por parte de esta institución del pantano en 1845.
A su vez, en 1907 se liberalizará
el uso del agua de Dulas (75 hilos/tanda) como agua obligada de tierras de
alquerías, subastándose a partir de esta fecha, los nueve hilos sin distinción.
Este nuevo sistema de puja al
alza sin turnos establecidos, generó a principios del siglo XX, fuertes
tensiones y no pocos conflictos para poder conseguir una porción del agua de
riego en las subastas con incremento considerable de su precio final.
En este escenario, y a raíz del
atrevido (casi traumático) planteamiento del proyecto propuesto por “La
Antisequía” de derivar parte de las aguas de la acequia Mayor al oeste del
Vinalopó, modificando y ampliando la zona de riego tradicional, que
supuestamente estaba ya ajustada al caudal de agua disponible, los regantes
afectados de Asnell mostraron su total disconformidad al mismo, alegando al
respecto según escrito de fecha 15- 2-1896. En dicha alegación argumentaban
básicamente, que al aumentar el número de tahúllas a regar, aumentaría la
competencia y la demanda y consecuentemente el precio de su subasta del agua:
“… antes de la fundación de la Comunidad (acequia Mayor), los
propietarios del agua la sacaban por cuartas partes de hilo cada nueve días,
utilizándola o vendiéndola privadamente por el precio que estimara justo; ahora
ya no se reparte, se subasta en público entre los regantes y no necesita por
los propietarios de la misma esperar su correspondiente tanda o turno para
regar…. El precio en venta diaria de todas las aguas no es igual para todos los
partidores, porque la concurrencia de licitadores es mayor en los partidores
que riegan mayor extensión de terrenos.”[15]
Es de suponer que la aparición “La Antisequía” como nuevo
concesionario y partícipe en las ya conflictivas pujas por el agua, teniendo en
cuenta su fuerte necesidad de caudal a tenor de la gran cantidad de terreno
ofertado para el riego y la demanda que este generaría, así como el tratarse de
una sociedad de intereses meramente comerciales (no agrícolas) con un fuerte
respaldo económico, incrementaría mucho más las tensiones ya existentes en la
venta del agua y sobre todo, particularmente a los regantes del brazal de
Asnell que verían mermadas sus posibilidades de disposición del agua de riego al
tener que enfrentarse a competir, a pujar, contra este nuevo concesionario.
5.4. Constitución de la sociedad Una vez
obtenida la autorización por parte de la Comunidad de Propietarios de la
Acequia Mayor (acuerdo del 25 de julio de 1893), para la toma del agua y
ejecución de obras en la caja de la acequia Mayor, se constituye en la ciudad
de Elche como sociedad anónima, la denominada como “La Antisequía S.A.”, según
escritura de fecha 30 de marzo de 1894, con el número de protocolo 180 del
notario D. José Gómez Aznar[16],
manifestando como objeto social de la misma el dotar de agua a la mayor
extensión de terrenos de secano, de los terrenos situados al oeste en los partidores
de Carrús, Llano de San José, Matola y Algorós, destinando el capital
aportado a la construcción y explotación de una acequia y obra civil necesaria,
que hará posible dicho riego.
La mercantil se constituye con el
nombre original de “La Antisequía”, como sociedad que pretendía
luchar contra de la sequía, y cabe esta aclaración, pues en la mayoría de los
textos consultados, posteriores a la escritura de constitución e incluso en el
recuerdo de las escasas fuentes orales encontradas, se hace referencia a la
misma y se la conoce como “La Antisequia”, denominación curiosa
que llama la atención en una primera aproximación, como sociedad que pudiera
estar en contra de la acequia (en este caso, la Mayor de donde toma el
agua), cuando realmente, tan solo se trata de un error de transcripción
continuada en el tiempo al omitir la tilde[17]
tal vez por analogía con la Contrasequia
o al ser adaptada la denominación a la lengua valenciana.
La sociedad tendrá una vigencia
de 99 años, siendo sus propietarios, Don Gervasio Torregrosa y Parreño y Don
Pascual Mollá y Coves, ambos casados y con 49 y 40 años de edad,
respectivamente y como abogado de la misma, Don José García y Coquillat.. El
capital social suscrito inicialmente es de 30.000 ptas.[18],
asignado a un total de 120 participaciones con un valor nominal de 250 ptas.
cada una, correspondiendo de la 1 a la 40 a Gervasio Torregrosa, de la
41 a la 80 a José García y Coquillat, y el resto a Pascual Mollá. Los estatutos
de la sociedad establecerán en su artículo 20, que no se repartirán dividendos
hasta que la acequia alcance una longitud mínima de 6.600 m. de longitud desde
su toma.
La venta del agua queda regulada
en el artículo 4º de dichos estatutos, estableciendo que todos los que
soliciten permiso de la Compañía para pasar aguas por el acueducto, satisfarán
previamente al depositario la cantidad que acuerde imponer la Junta General de
la sociedad o la administrativa, sobre la unidad de tres horas de agua, siendo
fijada está como la mínima tributación posible.
Esta cantidad mínima de agua de
compra, equivaldría según hemos visto, a una cuarta de hilo, es decir unos
324.000 l. con la que se podría regar una extensión de secano de casi 4 Th.
(unos 3.560 m2).
27 Hay que tener en cuenta,
que la sociedad debía adquirir con carácter previo y en pública subasta, el
agua correspondiente al partidor de Asnell de la acequia Mayor, de donde se
suministraba, para su posterior reventa a sus propios regantes. La venta del
agua se realizaba en tomas diarias y por pujas a la llana, en un local
destinado al efecto por la sociedad, con un funcionamiento similar al local de
venta de “troneta” de la acequia Mayor.
La administración de dicha
sociedad fue ejercida por una Junta de Administración constituida a su vez, por
la figura de un gerente, un secretario, interventor y depositario, a cuyos
cargos solo podrán acceder accionistas de la sociedad y cuyos cargos tan solo
serán remunerados, los de interventor y depositario, siendo el resto de
carácter gratuito. La renovación de dichos cargos se estable con carácter
parcial y se llevará a cabo el último domingo de la primera quincena del mes de
enero del año entrante.
El cargo de gerente recaerá inicialmente
en Don Pascual Molla Coves, según certificado de la Junta General de
Accionistas de fecha 8 de abril de 1894. Posteriormente encontramos referencias[19]
de que en la fecha del el 12 de Junio de 1906, el gerente de la sociedad era
Don Gervasio Torregrosa Parreño, con domicilio en la C/ Corredora [20].
El cargo de secretario en el
primer periodo de funcionamiento de la sociedad, será desempeñado por Don José
García Coquillat, quién al mismo tiempo era secretario de la propia Corporación
Municipal y en consecuencia, secretario también de la Junta de Aguas de la
acequia Mayor.
Imagen de cabecera: Partidor de Asnell en 1915, desde donde tomaba el agua la sociedad.
Todas las entradas dedicadas pulsando aquí: La Antisequía S. L.
Todas las entradas dedicadas pulsando aquí: La Antisequía S. L.
21 “Las
empresas de abastecimiento de agua potable en España (1840- 1970): Ciudades y
distribución geográfica.”
Juan Manuel Matés, Universidad de Jaén. XXVI Encontro da Associação Portuguesa
de História Económica e Social (APHES), Ponta Delgada, Universidade dos Açores,
17 - 18 de Noviembre de 2006.
[6] Miguel Ors, Memoria Digital de la Ciudad de
Elche, Cátedra Pedro Ibarra.
Madrid 2002
[12] 32 Otros autores como Tomás de Villanueva o José
Soto, establecen la talla en 46 l/s, mientras que Cervera habla de 69 l/s. En
la actualidad, se mantiene el cómputo estimado de unos 40-50 l/s (unos 180m3/h)
por talla en las estimaciones de los regantes y gentes del campo, si bien esta
estimación, no responde al parecer a ningún cálculo objetivo.
Teniendo en cuenta cada
tanda (37,5 días), 18 Hilos/día x 37,5 días = 675 hilos cada tandeo (o Libro).
Así pues, cada tanda consta
de 675 hilos de agua, 600 como agua de huertos y 75 para dulas, como agua
obligada de tierras de alquerías, hasta 1907 que se liberará su uso.
37 En las distintas actas de la
Junta Directiva de la acequia Mayor, actas municipales e incluso en los
distintos Boletines Oficiales de la Provincia (BOP nº 124 del 14-7-1896, y del
21-2- 1895, entre otros documentos, “La Antisequia” aparece escrita sin acento.capital social
inicial de 20.250 pesetas, siendo el mismo a 1914, no coincidente con el
referido de la escritura de constitución de la sociedad
39 En esta fecha, el Ingeniero
Jefe de Obras Públicas en relación a la lista de vecinos afectos por las obras
publicada en el BOP 30- 4-1906, encomienda al Macero de servicio Francisco Jaén
García, localice el domicilio de los mismos, citándose en dicha relación a
Gervasio Torregrosa Parreño como gerente de la “Antisequía
SA” .
40 Gervasio Torregrosa tenía
una finca en la carretera de Crevillente, donde se alojaron algunos de los
astrónomos de Montpellier, con motivo de la visita a Elche (28-3- 1900) para
contemplar y estudiar el eclipse total de sol que tendría lugar el día 28 de
mayo. “Historia de Elche” 1987, Alejandro Ramos Folqués.