Quienes me siguen saben que en estos momentos, al margen de salidas ocasionales al sur del término municipal, estoy enredado alrededor de la cumbre de El Tabayá, principal elevación de nuestro término municipal. Situado en una posición estratégica a medio camino entre las actuales comarcas del Medio y el Bajo Vinalopó, desde sus estribaciones se dominan las principales vías de comunicación de la gran llanura litoral del Sur hacia el interior: el cauce del río y el paraje conocido como La Cañada y el camí de Castella. La presencia continua de población en su entorno y su persistencia a lo largo del tiempo ha sido documentada en diversos trabajos, entre los que destacaría por su importancia los llevados a efecto desde una perspectiva arqueológica por José Ramón García Gandía, del que he sido atento lector desde hace algún tiempo. Precisamente por ello, conocedor de la existencia de al menos dos interesantes yacimientos arqueológicos en sus estribaciones y en el término de Aspe y sabiendo que iba a tropezarme con ellos en mi periplo, pensaba dedicar una entrada a sintetizar el estado de la cuestión a partir de las dos publicaciones que se enlazan al final, en las que el atento lector puede constatar la enorme importancia del enclave. La publicación en digital hace unos días de un resumen del yacimiento del bronce del Tabayá, que debe integrarse en el rosario de puntos de poblamiento de esa época alrededor del Vinalopó que jalonan su recorrido casi desde su desembocadura hasta Aspe, Monforte y más allá (lo que según los expertos denota una ocupación sistemática del territorio) en una excelente exposición divulgativa, me ha hecho cambiar de planes, así que con su permiso reproduzco íntegramente la entrada, publicada en la revista digital Año Impar, con un significativo subtítulo: revista de identidad cultural aspense.
Enterramiento en cista con alabarda. Mauro S. Hernández Pérez |
El TABAYÁ. UNA ENCRUCIJADA DE HACE CUATRO MIL AÑOS.
José Ramón García Gandía
Fueron los musulmanes que habitaron el
Castillo del Río, seguramente, quienes pusieron el nombre a la Sierra del
Tabayá; la sierra pared, la sierra muro, del árabe tabiyyâ, vocablo que se usa para denominar los muros fabricados en
tapial. La sierra, también denominada desde antiguo como Tabaiá y Tabeyán, es conocida por albergar, en sus cotas
superiores, uno de los yacimientos de la Edad del Bronce más interesantes de la
Comunidad Valenciana. Se encuentra hacia los 305 metros de altura, con un
desnivel de aproximadamente 130 metros sobre el Río Vinalopó y una pendiente
muy fuerte, casi del 50 %.
El profesor Jiménez de Cisneros, en una excursión
realizada en 1910, describe restos de estructuras que afloran en la superficie
y recoge varios fragmentos cerámicos, que denomina barros, que publica en el
Boletín de la Real Sociedad Española de Historia Natural:
“V. El
Castillo del Tabeyán.- El Tabeyán (Tabayá en valenciano) es una serreta de áspera pendiente,
constituida por un conglomerado grosero de mucha resistencia, formando el estrecho
superior del Vinalopó”. Entre sus ruinas y en los derrubios encontré barros
negros micáceos, barros celtibéricos y otros saguntinos. Aquí, como en otros
sitios se han sucedido los pueblos dominadores”.
El yacimiento lo dio a conocer del grupo de la
Operación Rescate del colegio del Padre Dehón de Novelda y, en 1982, el
profesor Navarro Mederos señala la presencia de cerámicas pertenecientes al
Bronce Final y a los Campos de Urnas, en una estructura tumular alterada por
clandestinos. En 1987, el Dr. Hernández Pérez inició la primera de las cinco
campañas de excavación arqueológica que dedicó a éste yacimiento y que depararon
un importante volumen de información y de restos materiales, sobre todo
cerámicas, que actualmente se encuentran en el MARQ.
Por otra parte, la publicación de un cuenco
campaniforme recogido por aficionados y expuesto en el Museo Arqueológico de
Novelda, y que encuentra registros similares en fragmentos cerámicos
recuperados en los niveles más antiguos del yacimiento, hacen que nos
encontremos ante un poblado que presenta una secuencia cultural amplia que
abarcaría desde la época denominada como Campaniforme, hacia la mitad del III
milenio antes de nuestra era, hasta el primer tercio del I milenio a.n.e., pasando
por un periodo de fuerte influencia argárica.
En la primera campaña de excavaciones, durante el mes
de agosto de 1987, se descubrió un excepcional conjunto cerámico del Bronce
Final, compuesto de diferentes vasijas de cuerpos troncocónicos, cónicos y
globulares, decoradas con acanaladuras e incisiones sobre superficie bruñida y,
bajo un pavimento de una de las estancias, se localizó un enterramiento
singular de un individuo masculino en decúbito lateral derecho que portaba una
alabarda de bronce, pieza vinculada a elementos de prestigio que refuerzan, aún
más si cabe, la presencia de élites sociales en estos momentos de la
prehistoria: tan sólo unos pocos individuos se encuentran enterrados bajo los
niveles de habitación, individuos de varias edades, pues algunos niños se han
localizado inhumados en vasijas de barro, posiblemente del mismo linaje. Del
resto de los habitantes del poblado, habitado durante cientos de años,
desconocemos su lugar de enterramiento.
Secuencia estratigráfica del yacimiento. Fotografía del Prof. Mauro S. Hernández Pérez |
Desde el punto de vista espacial o territorial, el
poblado de El Tabayá se encuentra en el límite o frontera entre dos culturas
propias de la Edad del Bronce: la cultura argárica y la cultura del bronce
meridional valenciano. Y posiblemente perteneció a ambas, en distintos momentos
de su historia, tal como ocurre en muchos poblados contemporáneos del valle del
Vinalopó, encontrando, en la Vega Baja, asentamientos eminentemente argáricos
y, en la Alcoiá, otros del Bronce valenciano.
Se ha considerado la cultura argárica como una de las
primeras sociedades Estado de nuestra prehistoria reciente. Se caracteriza por
poblados situados en cerros elevados, con buena visibilidad, control de las
vías de paso y cercanos a recursos hídricos. Llegaron a tener, en ocasiones,
sistemas defensivos formados por murallas y torres. Este denominado
“encastillamiento”, que ya empieza a darse en el Campaniforme, se considera
como el punto de no retorno entre las sociedades segmentarias, de alto grado de
igualdad social, propias del Neolítico anterior, y la jerarquización social
emergente que observamos, sobre todo en los enterramientos, en estos poblados
del II milenio antes de nuestra era.
Reproducción de enterramiento infantil en urna MARQ |
El denominado Bronce Valenciano ocupa el espacio
geográfico al norte de los valles del Vinalopó y llega hasta zonas meridionales
de la provincia de Castellón. No
presenta una uniformidad en su cultura material tan apreciable como la que se
observa en el bronce argárico. Las relaciones ente los poblados, probablemente,
no son tan importantes y, éstos, gozarían de una cierta autonomía política y
económica en parte ajena a los importantes circuitos comerciales argáricos. No
obstante, la existencia cercana de un Estado en expansión sugiere también la
existencia, en su periferia, de una organización lo suficientemente estable
como para mantener su autonomía.
Desde el punto de vista local, nos encontramos con un
poblado de economía auto gestionada basada en la agricultura y en la ganadería.
El cultivo del cereal, básico en las comunidades de la Edad del Bronce, hace
que sus gentes se adapten al ritmo estacional de las cosechas y a la
fabricación de elementos relacionados con la producción agropecuaría.
Instrumental de madera y sílex para la siembra, siega y recolección, capazos y
recipientes de esparto, vajilla cerámica.
Sus casas se construían con una base de muros levantados
en mampostería ordinaria. Trabados con barro y yeso, cuando éste estaba
disponible. Las paredes se apoyaban, a modo de terrazas, en la ladera del cerro
y sus techumbres, soportadas por postes de madera anclados en el suelo, se
construían con barro y paja sobre una empalizada. Sobre los pavimentos de tierra
apisonada, fina, arcillosa o yesífera, encontramos pequeños hornos, cubetas de
barro para el agua, molinos de piedra para moler el cereal, poyos para la
colocación de vasijas. Por la fachada más amplia colgaban esteras de esparto y,
posiblemente, la estancia, ocupada por una extensa familia, compartía el
espacio con sus cabezas de ganado.
Estas gentes, que habitaron en nuestro término
municipal desde hace algo más de 4.000 años, se adaptaron al medio, crecieron y
fueron evolucionando hacia sociedades más complejas desde el punto de vista
social y cultural.
Alabarda del Tabayá. MARQ |
Durante el
Bronce Final, la variedad agrícola en los cultivos adquiere una mayor
importancia, introduciéndose especies como el lino o el mijo,
y surgen grupos ganaderos de elevada movilidad, los cuales ocupan temporalmente
algunos asentamientos nuevos. Los tipos cerámicos son carenados, hechos a mano,
de base plana y diferentes tipos de decoración (incisa, excisa, o acanalada).
Alrededor del 1.100 a.n.e se documenta una nueva cultura procedente de Centroeuropa y que va a marcar el paso del Bronce Final a la I Edad del Hierro. Son los denominados Campos de Urnas, denominados así por su novedoso ritual de enterramiento en recipientes cerámicos enterrados en hoyo. El área de influencia de esta cultura se extiende hasta el Vinalopó y el Tabayá.
Alrededor del 1.100 a.n.e se documenta una nueva cultura procedente de Centroeuropa y que va a marcar el paso del Bronce Final a la I Edad del Hierro. Son los denominados Campos de Urnas, denominados así por su novedoso ritual de enterramiento en recipientes cerámicos enterrados en hoyo. El área de influencia de esta cultura se extiende hasta el Vinalopó y el Tabayá.
La región
valenciana ejercía de red intercomunicadora entre las diferentes culturas
existentes durante este período. Junto a los Campos de Urnas también se perciben
contactos con la Meseta Castellana: la cultura de Cogotas. Las rutas
comerciales de la prehistoria reciente están relacionadas, muchas veces, con
tráfico de ganado desde la zona levantina al centro peninsular. Por si fuera
poco, griegos y fenicios comienzan a atracar en nuestras costas y establecen
asentamientos que sirven de base para comerciar con las elites locales ya
diferenciadas durante la Edad del Bronce.
La sociedad
comienza a ser más compleja y de las élites indígenas surgen los primeros
príncipes que reciben regalos de prestigio llegados del próximo oriente
asiático.
Paralelamente,
cambia el patrón de asentamiento de los poblados. Los existentes fueron
abandonados de forma progresiva a finales del Bronce Tardío. Este abandono fue
más acentuado en las provincias de Alicante y Valencia. Como consecuencia de
esto, en el Bronce Final surgieron nuevos asentamientos en ubicaciones
diferentes, algunos de los cuales formarían importantes centros urbanos durante
la Edad del Hierro y, posteriormente, en la cultura ibérica.
Obras relacionadas de José Ramón García Gandía:
La síntesis arqueológica de Aspe en Scribd:
Material adicional de interés:
http://arqueologiaalicante.blogspot.com.es/2014/04/el-tabaya-poblado-de-la-edad-del-bronce.html
https://www.academia.edu/2761949/Entre_el_Medio_y_Bajo_Vinalop%C3%B3_Excavaciones_arqueol%C3%B3gicas_en_el_Tabay%C3%A1_Aspe_Alicante_1987-1991
www.raco.cat/index.php/RAP/article/download/251135/336037
http://web.uam.es/personal_pdi/ciencias/armando/investigacion/actas%20VICNP/31_DEMIGUEL.pdf
Vídeo de Antonio Asunción: https://www.youtube.com/watch?v=1szwwwKk-A4
http://arqueologiaalicante.blogspot.com.es/2014/04/el-tabaya-poblado-de-la-edad-del-bronce.html
https://www.academia.edu/2761949/Entre_el_Medio_y_Bajo_Vinalop%C3%B3_Excavaciones_arqueol%C3%B3gicas_en_el_Tabay%C3%A1_Aspe_Alicante_1987-1991
www.raco.cat/index.php/RAP/article/download/251135/336037
http://web.uam.es/personal_pdi/ciencias/armando/investigacion/actas%20VICNP/31_DEMIGUEL.pdf
Vídeo de Antonio Asunción: https://www.youtube.com/watch?v=1szwwwKk-A4
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