lunes, 1 de diciembre de 2014

Crónica de la salida del 30 de noviembre: Valleta de la Llosa


Esta mañana (domingo) el cielo presagiaba lluvia. Entre no salir y hacerlo tomando precauciones he optado por la segunda opción, con una excursión pensada ya hace tiempo: recorrer el fondo de la valleta de la Serra de la Llosa, entre el valle de Escorferos y el Barranco de San Antón, un paraje que en general se conoce como Pedreras en Vallongas, a la derecha del camino de Monforte según se sube. Se trata de un barranco tributario del de San Antón que culmina en la cumbre del Puntal Gros, frente al Tabayá. Se trataba de descender después por la línea de cresta viendo la sucesión de canteras adosadas en una corta excursión de recorrido circular. 


Sobre el matorral sobresale una palmera y un lentisco





He salido temprano para intentar marchar sin lluvia el máximo tiempo posible, pero a las 9 una llovizna persistente acompañada de rachas de viento me ha acompañado hasta el final a eso de medio día. He tenido que sustituir un chubasquero empapado por la capelina y he terminado bastante húmedo, la verdad. 
Carrilada  cerca de la confluencia con el Barranco de San Antón
No había más objetivo que disfrutar de un paraje relativamente virgen, sin huellas de ocupación humana: no hay cultivos, no hay restos de bolsas de plástico ni basuras pese a estar a mitad de camino de los dos vertederos mayores (Ferriol y Cremats) y cerca de multitud de puntos de deposición de inertes..., no hay canteras en la base de la valleta y ni siquiera he encontrado los típicos cartuchos de cazadores. 

Petroglifos en la cumbre del Puntal Gros





Canteras en la cresta
Apenas se deja el Barranco de San Antón desaparecen los ruidos de fondo de la civilización y parece mentira que aún queden lugares en nuestra comarca como este. Por no haber no hay ni sendas de cicloturistas que ya es difícil, pues caso de penetrar por el fondo del barranco no tienen más remedio que cargar con la bici bastante trecho. Sí hay una muy bien señalizada por arriba, con un mirador y todo que a mitad de camino se desvía hacia el valle de Escorferos (O de Góñiz, según otros), pasando por cierto por una pequeña cantera primorosamente trabajada, pero eso otro día. 
Una sierra áspera, mineral, en la que brilla la piedra desnuda, apenas poblada por las especies vegetales subproducto de la desaparición del bosque mediterráneo: espino negro, acebuches, palmitos, enebros (pocos, como el romero), algún algarrobo y poco más. La fuerte pendiente impidió, afortunadamente la repoblación masiva de pinos hace treinta años que se hizo en otros puntos del Norte del término, que han acabado transformándose en bonsáis, árboles que apenas sobrepasan el metro de altura y que están feneciendo a marchas forzadas por la sequía, de manera que para ellos llueve tarde. Así que piso la sierra de Elche tal y como la dejaron nuestros antepasados, desprovista de masa vegetal porque entre otras cosas la gente humilde vivía de vender "feixets de llenya". El espliego y el tomillo alfombran el recorrido y así al denso aroma a tierra húmeda se suma un delicado perfume que me acompaña a lo largo del recorrido. ¡Buena compañia!
La acumulación de derrubios revela el uso intensivo de barrenos
Ya se que hay un montón de temas de profundo calado como el Palmeral patrimonio de la humanidad, el estado de la política local... pero he decidido dedicar la entrada al grupo Salvemos las sierras de Ferriol, Peligros, La Llosa y Cañada Cantal que trabajan, con los habitantes del lugar por preservar lo que queda.

2 comentarios:

  1. Comparto contigo, estimado Gaspar, la saludable sensación de relajación que se experimenta paseando por estos parajes. Entre los arbustos y aromáticas que citas, a ver si tenemos suerte con las lluvias, y florecen algunos cantuesos el próximo mes de Mayo. Yo, por si acaso, lo estoy reproduciendo como sabes. Respecto a la repoblación de pinos que comentas, quizás sería interesante algún día realizar una entrada, con los curiosos paisajes marcianos que observo no sólo en las serranías ubicadas al norte del término ilicitano, sino especialmente en varias lomas del sur camp d’Elx entre Torrellano Bajo, Maitino, Perleta, Valverde y Balsares. Allí se repobló con una variedad de especies que me recuerdan a pinos y cipreses de latitudes nórdicas, en medio de un paisaje lunar que ha quedado lleno de grandes pedruscos arrancados con maquinaria pesada durante la repoblación.

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    1. Gracias por comentar Raúl. Te invito a llevar a efecto la propuesta, recopilando material fotográfico (yo tengo algo de mis salidas) Y montamos una entrada. Venga

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