CAMINOS IBEROS

lunes, 22 de septiembre de 2014

UNA CALERA EN CARAMORO

Resulta sorprendente constatar la permanencia de ciertos elementos constructivos a lo largo de la historia. Sabemos que la cal es un producto conocido desde las civilizaciones antiguas; de hecho el mortero y la lechada de cal aparecen ya en el VI milenio AC en la zona considerada hasta hoy como cuna de la civilización. Aunque no podemos asegurar que siempre se haya hecho así, el horno de cal o calera y su semejante el algezar, se ha construido aplicando los mismos principios y con las mismas fórmulas al menos desde la civilización romana casi hasta hoy en día; por ello resulta difícil la datación cronológica de sus restos. También resulta curioso que de forma genérica se conozca su diseño básico como “horno moruno” un ingenio que de hecho ya está presente en la antigüedad clásica: una bóveda o falsa bóveda semiesférica achatada en la parte superior para aprovechar mejor el calor, con o sin respiradero.
La fabricación manual de cal desapareció con la llegada del cemento Portland pese a que la calidad de las paredes de mortero es muy superior a la del cemento. Es significativo que en numerosos pueblos de la geografía ibérica se hayan restaurado los viejos hornos de cal como elemento de patrimonio etnológico, lo que añade interés a los parajes en los que se encuentran. Y también que la UNESCO haya incluido como Patrimonio de la Humanidad la calera de Morón de la Frontera, única en activo hoy en día en nuestra península; no en vano los pueblos blancos aún la utilizan como marca de identidad por sus muchos valores asociados: belleza, salubridad y limpieza, frescura, impermeabilización...

En nuestra comarca los rastros de tal actividad son más toponímicos que materiales: los algezares en la divisoria con Aspe, Molino de La Calera en Santa Pola..., salvo alguna excepción en la que se conservan restos como la Calera de Crevillente (la interesante calera romana del Moncayo en Guardamar cae fuera de ese ámbito),... En Elche apenas nada: pese a que las imágenes antiguas nos revelan asimismo casas encaladas. Solo conozco citas puntuales en las actas municipales del XIX en el Índice de Remisiones de D. Pedro Ibarra y apenas alguna mención en los mapas antiguos que conserva el IGN: el norte del término es territorio de canteras y yesos, por lo que aparecen marcadas varias. Como se denomina calera tanto a la cantera dedicada como al horno, no sabemos si el nombre indica la cantera o si existió junto al punto de extracción algún horno y pese a que visito con asiduidad el N del término hasta la fecha ninguno de los lugares marcados conserva restos de un horno. Como dato curioso una de las localizaciones en los mapas de finales del XIX viene a coincidir con las Chimeneas de Román, último vestigio de sus algezares, hornos de yeso que lo comercializaban bajo su marca (Yesos Román) hasta bien entrado el siglo XX.
Entrando en el tema, Juan Pascual me dio el aviso a partir de su localización en Google maps, una construcción en piedra que aunque parecía un “cachirulet” o un cuco (refugios en piedra seca para uso de agricultores, pastores y cazadores). Lo que encontré es un horno de cal, una calera en buen estado de conservación pese a estar parcialmente rellena y rodeada de todo tipo de basuras. Y en los alrededores un punto de extracción de caliza y rastros de grandes bloques quemados a altas temperaturas con residuos. Lo que reflejan las imágenes es un horno construido  a partir de una excavación previa aprovechando el desnivel de un pequeño barranco, de manera que permite el acceso por su boca y por la parte superior para cargar la cúpula, que después será retirada una vez convertida en cal viva. El diámetro interior es de dos metros y las paredes superan el metro de espesor en su parte más ancha frente a la boca de acceso. Está construida con mampuestos irregulares y varios enrases con mortero y conserva en algunas partes restos de barro para tapar los huecos.
Punto de extracción junto al horno de cal
En resumen el proceso de fabricación de cal sería el siguiente: se rellena el interior del horno de piedra caliza del tamaño y espesor adecuado dejando el centro libre de ellas y lleno de leña a medida que se va subiendo. Cuando se llega arriba se va cerrando el horno dándole forma de cúpula también con caliza, dejando algún respiradero. Cuando se enciende tiene que alcanzar una temperatura de unos 1000 grados y mantenerla tres días, por lo que hay que ir cargando leña a través de su boca. Una vez enfriado se van retirando las piedras transformadas en cal viva. Quien desee una explicación detallada del proceso la encontrará consultando los enlaces que se incluyen al final.
Altura aproximada del acceso 1'40 m.
Ya he dicho que es difícil la ubicación cronológica del ingenio. A falta de una excavación y datación adecuada, los restos cerámicos que aparecen como material de relleno en la pared parecen situarla en los primeros años del siglo pasado. Como posibilidad de uso de la cal sin más datos que lo confirme, decir que muy cerca de allí se empleó mortero hidráulico para hacer un túnel en la conducción de agua dulce del Obispo Tormo a su paso por el Aigua dolsa i Salà un punto particularmente inestable como ya avisó el botánico Cavanilles en su excursión al Pantano. En cualquier caso, el resto material merece mejor vida a mi criterio. Debería limpiarse, consolidar y preparar el resto con algún panel explicativo, incluyéndolo como visita didáctica. Con ello el paraje Caramoro en el que se encuentra ganaría alicientes: Acequia Mayor, Populus, Yacimiento arqueológico, Calera, Conducción de aguas del Obispo Tormo...

Materiales
Más de 1'30 m. de espesor de la pared

Morón de la Frontera Patrimonio UNESCO:
Panorámica. Yacimiento de Caramoro
Paisaje degradado con la calera en el centro
Proceso

Detalle de la pared con cerámica incrustrada

Nota: la gestión de las etiquetas del blog hay que hacerla con cuidado, pues de no ser así pasa lo que se ha visto ayer y hoy: entradas de hace un montón de años se han colado como si fueran nuevas y no lo son. Disculpas.

1 comentario:

  1. Gracias por comentar Raúl. Tengo pendiente pasar por allí y verlo. Venga

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