Ya
hace algún tiempo el arquitecto municipal Julio
Sagasta me pasó las fotografías que a continuación se exponen. Contienen
nada menos que el único resto material de la vieja Iglesia de Sant Joan del Raval tras su destrucción en febrero de 1936, un
magnífico templo barroco por las escasas fotos que he podido ver y según consta en la descripción que de el hace D. Pedro Ibarra. En el
subsuelo inmediato es más que probable que aún se pueda localizar algo de la
antigua mezquita árabe, pues la documentación histórica nos dice que allí mismo
se erigió para el uso de los musulmanes vencidos y expulsados, trasladados
fuera de la Vila Murada, a un lugar situado a tiro de arcabuz. De hecho a su
alrededor se estableció una segunda ciudad con sus propios órganos de gobierno
en un ejemplo de lo que hoy se conoce como apartheid,
formando la peculiar trama urbana de El Raval,
de hondas raíces islámicas.
Perforación a modo de ingreso provisional efectuada sobre los restos del muro de la capilla de San Pedro. Seguramente posterior a la destrucción del templo en 1936. |
Los
moriscos fueron expulsados en 1609 y el Raval se repobló por cristianos viejos,
aunque siguió conservando sus raices. El grueso del primer proletariado local
procedía de él: filaors, menaors, entachadors, sabaters, espardenyers..., prolongaron
hasta hace poco tiempo un aire desenvuelto y un poco canalla, como dice la
canción:
“perque
visc en la teulera[1]
que es lo últim del Raval
digueu que soc un borratxo
d’eixos de got i punyal
...
Como
decía, el viejo templo cristiano fue quemado y derruido en febrero de 1936 en un ambiente
ya prebélico, quema que se produce como respuesta a unos acontecimientos a los que alguna vez
prestaremos atención aquí. Así que las fotografías recogen lo poco que queda, reutilizado parcialmente en el actual templo,
terminado nada menos que en 1960 según proyecto del arquitecto Serrano Peral,
con sus raíces asentadas sobre una mezquita árabe.
Composición de pilastras de fuste cajeado liso rematadas en capiteles de traza esquemática y libre inspiración que recuerdan a un orden corintio sin caulículos. Se adornan con una sola fila de hojas de acanto dispuestas de manera continua y ordenada. En el entablamento destaca la presencia de un modillón a modo de ménsula decorando el friso; presenta formas carnosas de inspiración vegetal (tal vez hojas de col) que arrancan de una pequeña sarta de frutas (¿peras, granadas, manzanas?) y que se incurvan bajo roleos o volutas a modo de caulículos. Todo el conjunto parece revestirse de un estuco de yeso; los elementos escultóricos citados se habrían realizado igualmente mediante el vaciado de yeso o escayola en moldes. La desaparición del edificio en que se integraba la capilla nos impide establecer la secuencia rítmica completa del juego de pilastras, así como el sentido estético íntegro que presentarían originalmente, todavía apreciable mediante el retranqueo de dos de ellas. Tampoco se aprecian restos de policromía en los revestimientos, aunque a buen seguro esta debió existir.
Los
excelentes comentarios a las fotos y alguna fotografía se deben a Felipe
Mejías López, otro aspense ilustre siempre atareado que tuvo el detalle de
abrir un paréntesis para ello. Gracias.
[1] Una de las fotos de D.
Pedro Ibarra de la exposición en la Llotja de l’Ajuntament que aún puede
visitarse, recoge una instantánea en la que se puede observar la fabricación de
ladrillos en la Teulera.
.
Muchas gracias. Genial artículo de divulgación. Lo desconocía por completo. Muy curioso. Ahora hay mucha gente que se está fijando desde fuera, por inquietud cultural. Pero parece que no se puede apreciar desde el solar. Bueno, enhorabuena.
ResponderEliminarGracias a ti por comentar Raúl. Celebro que te haya gustado. El acceso está cerrado como se puede apreciar en la foto del aparcamiento. Venga
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