Como primer ensayo para seguir con las salidas a la
sierra del Norte del término este domingo he hecho la marcha de 5 km asociada a
la carrera Mil camins una meta organizada por la Asociación de
Mujeres vecinales de Elche en solidaridad con las víctimas de la violencia
de género, con un recorrido similar al del año pasado que también hice. Antes
de nada, desde aquí mis felicitaciones por la excelente organización del acto.
Una vez en el recorrido hay que decir que no iba preparado
para lo que he visto. No llevaba cámara y nada más empezar he tenido que pedir
fotógrafos: la gente que pasaba lo decía, hemos podido ir viendo un muestrario
de ataques del picudo sobre las diversas especies de Palmeras: Datileras,
Canarias y Washingtonias.
Incluso un bancal aparentemente intocado de palmeras canarias entre ejemplares atacados de las otras especies. Troncos recién quemados, algunos todavía humeantes, ejemplares cortados por doquier y en algunos puntos auténticos cementerios donde antes habían huertos.
Pies y tronco humeante de Washingtonia Filifera |
Para que nadie diga que miro en negativo a mitad de
camino un respiro; la Ermita de San Isidro Labrador y su olmo centenario, por
cierto, no protegido por el Ayuntamiento ni por la Consellería de Cultura.
Salvo error u omisión la grafiosis que le afectaba apenas se nota hoy y se
puede ver su noble porte en todo su esplendor. Desde aquí hay que felicitar de
nuevo a Raúl Agulló y a la empresa que desinteresadamente le efectuó el
tratamiento necesario, iniciativa que hay que publicitar: Agroquímicos Canals y de Fertinyect, son quienes han donado el tratamiento al Ayuntamiento.
El tronco, con el alcorque que deja libres las raices y que Raúl Agulló consiguió a base de insistir |
Volviendo al tema, me vienen a la memoria las primeras
instrucciones que se daban hace unos cuantos años para la lucha contra el Picudo
por Consellería (que es quien tiene las competencias en agricultura y en la
lucha contra la plaga y es quien recibe los dineros del Estado para ello, pero
eso otro día), un doloroso sarcasmo por el contraste con el actual abandono al
que se ha dejado a los agricultores y propietarios, que obligados a emplear sus
propios medios están haciendo lo que pueden sin tomar otras medidas ni precauciones
así que la plaga se extiende por los restos del verdadero palmeral histórico,
el bosque primigenio que probablemente ocupaba un espacio continuo entre la
Vega Baja del Segura se extendía por todo el sur del campo de Elche y llegaba a las puertas de la
ciudad de Alicante.
Una de las fotografías, la que encabeza la entrada señala lo que parece que
olvidamos siempre: la elaboración de la palma blanca, una de las pocas
actividades aún rentables de las palmeras, uno de los pocos motivos
para que el palmeral siga vivo en el campo, uno de los vínculos con el Misteri,
la palma de San Joan, el caduceo sagrado roído por el Picudo; otro de los vínculos,
el del Doctor Caro, también, tal y como está saliendo una y otra vez en los medios.
En el entorno del Derramador se localizaron los primeros ataques
del picudo. En su centro está el Assut dels Comuns uno del los elementos históricos
que dan nombre a esa partida rural en esa relación peculiar con la rambla, un
paraje medio ignorado del campo de Elche, que por su belleza y particularidades
bien podría ser o formar parte de itinerarios turísticos. Ahora mismo es uno de
los itinerarios del desastre.
Fotografías de Martín y Canario Rojo
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