Ahora
mismo vengo de allí. Hoy domingo a las 4 de la tarde una densa humareda visible
en toda la ciudad, formando una nube gris que llegaba a oscurecer el sol,
anunciaba que alguno de los vertederos del norte del término se había
incendiado; según dicen los entendidos es relativamente frecuente que con la
llegada del calor se produzcan micro incendios por acumulación de metano
(subproducto de la degradación de sustancias orgánicas) y las altas temperaturas.
Cualquier detonante puede iniciar la llama en cualquier punto del vertido y si
no se corta a tiempo, en muy poco tiempo puede adquirir notables dimensiones y
ser difícil de tratar como ha pasado aquí. Por el camino de Ferriol ya era
visible que le había tocado al recién ampliado vertedero. Una dotación de
bomberos iba refrescando las llamas que las palas iban enterrando con la grava
que sirve de lecho a la cubeta del vertedero. Al final no han quedado llamas,
pero salían bastantes hilos de humo indicadores de que debajo de la grava
seguía la combustión de los residuos enterrados. Si fuera creyente rezaría para
que lo apaguen pronto y que al mismo tiempo no haya ninguna novedad más, porque
según han dicho un montón de veces, la dotación del Parque comarcal es más bien
escasa.
Dejando
de lado esa cuestión, lo que hay es material para la reflexión en la línea de
lo que se apuntó algunas entradas atrás con la proliferación de vertederos, la
deficiente gestión del territorio y de los residuos.
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