Hace algún tiempo creo que dejé en el blog una primera impresión acerca de la nueva forma de leer y acceder a la información que representa el libro digital; venía a decir que estamos en la época incunable del mismo, los nuevos cacharros para “leer” apenas han comenzado a andar. Para mí, el día que sea posible acceder a todo tipo de contenidos de forma directa, sin interposición de más aparato que el propio lector, se habrá cerrado la “epoca incunable” de la lectura digital. Apenas transcurridos unos pocos años ya hay que revisar seriamente la idea. El tablet PC (en especial el IPad y similares) en cualquiera de las marcas actuales ya es una primera aproximación al objetivo, puesto que reproduce, a veces con una calidad más que notable contenidos impresos, multimedia, sonido, fotografías, permite el acceso a la prensa y las revistas digitales y otras lindezas: es portable y de hecho puede sustituir al ordenador portátil, con lo que se convierte en una herramienta para llevar permanentemente en el bolsillo, igual que un teléfono táctil, solo que este último resulta penoso para leer libros o documentos alfabéticos largos.
Los atributos de la cultura en un fresco pompeyano: Estilo, tablilla y rollo de papiro |
No obstante hay que destacar algunos inconvenientes que hacen que el “viejo” cacharro incunable (el lector de libros clásicos, como el Papyre o el kindle) aún tenga su encanto:
Estilo |
- la tinta electrónica, nos aproxima mucho a la experiencia de leer libros impresos a diferencia de las pantallas retroiluminadas de las Tablet, que cansan la vista mucho más.
- El tiempo de carga o la autonomia de la batería, que ha mejorado sensiblemente y que oscila entre el mes (o más) de los lectores y solo unas pocas horas en el caso de las Tablet, lo que le resta portabilidad.
- No obstante, a favor de las tablets, aparte de las enormes dificultades para reproducir documentos audiovisuales de los lectores de libros electrónicos, está la diversidad de formatos, problema que las tablets están solucionando con enorme rapidez al poder integrar en su seno los programas de traducción” o trasvase entre los diferentes formatos en contraste con las dificultades de tratamiento de los mismos en los diferentes lectores de libros, enzarzados en una absurda batalla en la que se han metido los productores como Amazon, Sony, o las empresas editoriales y de distribución españolas, para copar “cuota de mercado” a través de la venta de libros digitales con formato pretendidamente exclusivo.
De hecho solo consiguen retrasar el acceso al documento: hay que emplear el ordenador para cambiar el formato. Nótese que el ordenador con los programas adecuados hacía posible la “universalidad” en el acceso a los documentos electrónicos. Me gustaba el Papyre por eso: algunos avispados hackers habían creado una serie de programas de gestión del cacharro ampliando la capacidad de “traducción” de los documentos: de texto (.txt o .doc) los preimpresos de adobe (.pdf y sus derivados), el fb2 (Fictionbook, el propietario de la familia Papyre) o incluso el mobi de Amazon y sus derivados... Y aunque carecía de conexión a Internet, al final era posible procesar casi cualquier contenido (salvo los audiovisuales, claro), gracias a los programitas que se le iban metiendo(1).
Detalle de El Escriba sentado |
Y he dicho que me gustaba el Papyre porque he sufrido en propia carne una de las ventajas del libro tradicional ante cualquiera de los cacharros digitales. Si te quedas dormido y se te escapa el libro, no pasa nada, pero si te pasa con un tablet o con un lector, pues se rompe sin remedio porque sustituir el cristal suele costar casi lo mismo que un lector nuevo, y eso mismo acaba de pasarme, así que estoy dándole vueltas a los nuevos cacharros. Ahora aparecen nuevos lectores de libros digitales con WIFI, vinculando incluso su adquisición al comprador y a una cuenta corriente, facilitando el intercambio de libros electrónicos con formatos exclusivos por dinerito de la cuenta. Sin embargo el mundo digital nunca acaba de sorprenderme porque hay programas gratuitos que transforman los documentos de cualquier formato a otro, por eso el calificativo de inútil a la estrategia empresarial de los formatos propietarios y la fidelización del cliente; lo único que consiguen es fatigar al usuario final, que ya sabe que hay que tener tal o cual programa en el ordenador para cambiar el documento.
Al final, no hay mal que por bien no venga. Resulta que el añadido del WIFI, que pretende ser una forma de fidelizar y permitir la compra on line de novelas en digital, en realidad lo que permite además es acceder a Internet y a sus documentos asociados en un doble sentido: acceso a enciclopedias y fuentes de información como Wikipedia, a páginas de autor, blogs, prensa digital, artículos académicos en línea, etc. Y de otro hacer facilitar la descarga de contenidos desde el cacharro a la red, posible porque los lectores de última generación, táctiles, incorporan teclado, en un proceso que va más allá de las intenciones de los fabricantes, en una tendencia, creo que imparable, hacia el lector universal de documentos digitales que ya se divisa: un tablet con tecnología de tinta electrónica para imitar la lectura en papel, pero capaz de representar y captar imágenes en movimiento en color y conectado a Internet, con un procesador potente, con la autonomía que proporciona la batería de cualquiera de los actuales lectores de libros electrónicos.
Al final, no hay mal que por bien no venga. Resulta que el añadido del WIFI, que pretende ser una forma de fidelizar y permitir la compra on line de novelas en digital, en realidad lo que permite además es acceder a Internet y a sus documentos asociados en un doble sentido: acceso a enciclopedias y fuentes de información como Wikipedia, a páginas de autor, blogs, prensa digital, artículos académicos en línea, etc. Y de otro hacer facilitar la descarga de contenidos desde el cacharro a la red, posible porque los lectores de última generación, táctiles, incorporan teclado, en un proceso que va más allá de las intenciones de los fabricantes, en una tendencia, creo que imparable, hacia el lector universal de documentos digitales que ya se divisa: un tablet con tecnología de tinta electrónica para imitar la lectura en papel, pero capaz de representar y captar imágenes en movimiento en color y conectado a Internet, con un procesador potente, con la autonomía que proporciona la batería de cualquiera de los actuales lectores de libros electrónicos.
(1) Para más información acerca de los diferentes formatos, véase. http://www.librear.com/Formatos.php
Fuente de las ilustraciones:
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