CAMINOS IBEROS

jueves, 5 de enero de 2012

El Partido Socialista tras las elecciones: magnifíca el enfrentamiento que algo queda


En medio de la crisis en la que está sumido el PSOE como consecuencia de los resultados electorales, el propio aparato del partido y los medios de comunicación inciden en la división y el enfrentamiento entre los dos candidatos a la secretaría general. Basta que en un comunicado público Mucho PSOE por hacer firmado entre otros por Carmen Chacón, se sugiera que desde el gobierno no se luchó lo suficiente contra la corrupción, para que de inmediato se pregunte al otro candidato qué hizo en su época como responsable del Ministerio correspondiente cuando podían haberle hecho las mismas preguntas a Carmen Chacón, que también tuvo responsabilidades de gobierno. A continuación analizan quién hay detrás de cada candidato (mayores de 45 años Rubalcaba, jóvenes Chacón), como si hubieran grandes diferencias o estas fueran insalvables entre lo que dice uno y otro, asignando ya de paso valores de continuismo o ruptura a cada uno. Flaco favor se le hace a la sociedad y a la política con este enfoque, porque las alternativas apenas resisten el análisis. Primero les une mucho más de lo que los separa, al margen del hecho de estar abocados a una dinámica incierta de enfrentamiento electoral interno con las dichosas primarias, como si efectivamente el problema fuera de personas, que no lo es. Y lo mejor del caso es que ambos coinciden en la necesidad de reformar en profundidad el partido, cambiar  de enfoque y objetivos, revisar seriamente el programa en una línea ya iniciada por Rubalcaba en las generales. Encima uno tiene cierta sensación de desasosiego por lo que puede resultar, porque si el principal responsable parlamentario de la oposición al PP ya había sentado las bases durante la campaña (me acuerdo ahora de lo acertado que estuvo al denunciar que había un programa oculto del PP que iba a ponerse en marcha en cuanto llegaran al poder. Ese mordisco puede valer para toda la legislatura y terminará calando en profundidad en la sociedad si se hace un poco bien), parece como si de nuevo se le quisiera desautorizar o minusvalorar. No es lo mismo hablar con el respaldo y la confianza del partido defendiendo y desarrollando una línea política que uno mismo ha puesto en pie como máximo responsable, que hacerlo por delegación y después de haber perdido un pulso electoral. Probablemente además Rubalcaba firmaría sin problemas lo que se supone que es el documento que aglutina el voto a Chacón, en casi idéntica medida que esta suscribió o suscribiría el programa y planteamientos de Rubalcaba. También les une su pasado y se les pueden achacar los mismos errores que fabricaron la debacle electoral socialista de Zapatero (dicho sin ánimo de polémica; probablemente el tiempo redimirá a este político y su época una vez pasado el efecto “demonizador” que la entonces oposición ha sabido inyectar en la sociedad española). Y ahora la pregunta del millón: ¿es necesario que la persona que tiene que replantear la estrategia del partido esté estigmatizada por su pasado político?. ¿No hay valores en alza, jóvenes, limpios de polvo y paja capaces a su vez de iniciar este duro proceso?. Ya hace algún tiempo que en mis tertulias de café afirmé con cierta ligereza que el probable sucesor del PP en el ejercicio del poder político debe estar estudiando en Primaria, en referencia a la incapacidad, la esclerosis, la falta de sintonía con la sociedad y las componendas internas, que se traducen precisamente en una alarmante ausencia de jóvenes activos, aspirantes a algo más (o algo menos, según se mire) que un sueldo de las arcas públicas. Encima, lo peor de todo es que el propio PSOE por boca de sus cuadros parece creer que todo se soluciona con unas primarias y un congreso federal, planteado deprisa y corriendo como un  lavado de cara y unos retoques faciales, cuando todo indica que, además de caras nuevas, hay que usar el bisturí y revisar en profundidad la actual estrategia del partido, su organización, etc.

De paso un magnífico político como Rubalcaba se está desgastando inútilmente en un territorio que no es el suyo y una casi desconocida (en ideas y planteamientos, aparte de los vivas a España) Carmen Chacón sigue desconocida para la gran mayoría de españoles y buena parte de los votantes que tienen que decidir entre uno y otro. Y digo esto porque el documento supuestamente fundacional es apenas una declaración de intenciones genéricas que no responde a ninguno de los enormes interrogantes que la actual crisis está poniendo encima de la mesa; así si el programa de Rubalcaba era poco más que una aproximación (provisional y discutible) en esa línea, el documento de marras no es ni eso. Y esa ausencia general de programas coherentes es lo realmente preocupante a algo más de un mes del citado congreso Federal. Y debería servir de aviso la perspectiva valenciana caso de no hacer las cosas bien. Desde que el PSPV perdió el poder autonómico en el siglo pasado el partido anda como huérfano de iniciativas, de líderes con calado social y de estrategia; se le ve cada vez más incapaz de abrir expectativas entre los votantes porque no genera un discurso propio de oposición socialdemócrata que sí practican en cambio el Poder Judicial sin pretenderlo, algunos medios de comunicación y algunas diputadas de IU o Iniciativa-Els Verds. Esa ausencia de alternativa, de oposición política de peso ha propiciado en parte la situación de ruina material y económica de la Generalitat y la proliferación de corruptelas de todo tipo, en  especial la desviación de capital publico hacia manos privadas, hacia fastos públicos e inversiones innecesarias. Y la cosa llega hasta el extremo de silenciar lo evidente: los valencianos lo pagamos todo, pagaremos la parte correspondiente al rescate que el Estado ya está llevando a efecto sobre las arcas autonómicas y la reducción del Estado del bienestar. Y nadie desde el principal partido de la oposición está un día y otro exigiendo responsabilidades a quienes tras malbaratar el capital publico invirtiéndolo en Terra Mítica, en la Ciutat de les Arts, el circuito de Fórmula I y en mil y una zarandajas adicionales, a quienes tras permitir e impulsar el saqueo de las arcas publicas por las sucesivas tramas que una y otra vez salen a la palestra, pretenden ahora imponer austeridad.

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