CAMINOS IBEROS

viernes, 25 de junio de 2010

La crisis vista desde abajo: un caso

Un trabajador en el paro, con pocos meses de subsidio por delante, con una vivienda hipotecada y con su mujer también en el paro llama a una oferta de comerciales para un negocio en alimentación. Amablemente le indican que toman nota y ya le llamarán para concertar una entrevista. Cuando esto sucede resulta que es una carnicería de las de toda la vida. El propietario le dice que coja una silla de las que hay en la carnicería y se venga a un local anexo por el interior de la carnicería. El aspirante lleva en alto la silla por el estrecho espacio disponible, hasta llegar al lugar indicado. Una vez allí el carnicero, mirando a la pared, le cuenta que ha decidido ampliar el negocio, que ha comprado el local donde están y quiere abrir una nueva línea de venta de carne y preparados a bares y establecimientos de restauración de la ciudad. La labor del comercial consistiría precisamente en encontrar clientes y llevarles los pedidos que vayan haciendo. El trabajador piensa que no tiene nada que perder si lo intenta, que algo de dinero podrá ganar con los clientes que ya tenga más los que haga si en vez de estar mirando las baldosas de la calle o sentado en casa trabaja en algo. Con esas premisas se entra al fondo de la cuestión.Le dice el carnicero:


―Te va a entrar dinero por tres sitios: si vas buzoneando y repartiendo folletos de propaganda, te voy a pagar 0’30 euros.
― O sea que usted me da por ejemplo mil folletos a repartir entre los bares y comercios, yo los reparto y gano... ¿300 euros?.
Tras una leve vacilación el empresario le contesta:
No hombre, te doy 0'30 euros por cada bar o restaurante que llame o que pregunte ...
―... Vale, vale...
―Además de eso, por cada pedido que sirvas te entrarían 2 o 3 euros solo por llevarlo. 
El demandante pregunta: ¿Por cada bar o empresa?...

Nueva vacilación. Y dice:
No, hombre, no. Habría que dividir la ciudad por zonas y si hay que llevar varios pedidos a una misma zona, serían 2 ó 3 euros.
―...Ah, vale.
―Bueno  dice el carnicero. La parte más importante es lo que te quedas sobre las ventas:  un 5 %. 

El demandante, sin hacer cálculos mentales ve que hay poco que rascar, pero se mantiene a la expectativa. Pregunta:
―Y por hacerme una idea, ¿cuantos clientes tiene?
―No es eso, ya te he dicho que se trata de empezar. Yo te pongo los folletos, tu los repartes y entonces hablamos de lo que vaya entrando.
―Ya, pero ¿no se cuenta con un mínimo fijo?... Con un sueldo aunque sea pequeño o algo así...
―Nooo, ya te he dicho las tres formas que tienes de ganar dinero...
―¿Y con algún contrato de trabajo?
―¿Contrato?... Esto es para trabajar como autónomo. Te puedes dar de alta cuando quieras. Si estás cobrando el paro y no te interesa darte de alta,  puedes trabajar en esto y seguir cobrando el paro, por mi parte sin problema. El trabajo es fácil, pero como no conoces el negocio es normal que tengas dudas. Mira, cuando entres a un bar, le das el folleto y le explicas nuestras ofertas. Me llamas con el móvil, me pasas al dueño y yo le explico todo lo que quiera saber y después ya le tomas nota.
―Y el móvil sería de la empresa...
―No, con tu móvil. Eres un comercial que trabaja por su cuenta. Yo te pago los folletos.
―Ya. Entonces tengo que repartir la carne que me pidan los clientes... El demandante aún piensa hacerlo. Se acuerda que no tiene el carné de manipulador de alimentos.
―... Pero tendré una furgoneta o un camión frigorífico ¿no?.
―Eso se hace con tu coche mismo. Si más adelante vemos que el negocio va bien pues ya pensarás en comprarte uno. Yo te compro un babi con el nombre de la carnicería para que no tengas problemas con tu ropa...
―Mire, no me interesa, no hay ningún sueldo y creo que me va a tocar poner dinero de mi bolsillo...
―No hombre, ¿como vas a poner dinero de tu bolsillo...?. Si vas a ganar más dinero que si tuvieras un sueldo fijo. En Elche hay más de 1000 bares y sitios de venta de comida. Si coges 500 clientes te puedes forrar con estas condiciones; además piensa que por cada 6000 € que entren en una semana te llevas 300 € solo por pedidos...
―Es que sin clientes, sin sueldo, con mi coche, la gasolina, pagar las llamadas del móvil...
―Venga, hombre, prueba que no te vas a arrepentir y ya verás como la cosa va a mejorar pronto...


El demandante quiere irse de allí cuanto antes sencillamente porque no le interesa. Lo intenta pero el carnicero insiste una y otra vez animándole a que se quede con la oferta. Al final como vía de escape le dice al carnicero:

―Vale, vale. Vamos a probar. ¿Cuando empiezo?
― Bien, ya era hora... Mañana a las 9 de la mañana... No te olvides de traer una libreta, un boli y una calculadora.
El demandante se levanta y se va. El carnicero le dice: 
―Oye, antes de salir deja la silla en su sitio ...



Digamos que no se presentó. Al día siguiente escuchamos al carnicero de cháchara con las clientas mientras corta carne:

―... Luego dicen que hay crisis, que hay mucho paro... ¡Lo que pasa es que quieren vivir sin trabajar!


Aunque no me lo he inventado todo, cualquier parecido con personajes o situaciones reales no es pura casualidad



 
Que un cráter lunar se llame Perito en Lunas Miguel Hernández

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