En el tema Miguel Hernández, parece que siempre, o casi siempre, hay que acabar hablando de dinero. No lo tuvo en vida y de poco le servirá después de su muerte. La ley ampara a los herederos para seguir ejerciendo sus derechos y los derivados de la explotación económica y comercial de su legado; hasta ahí todo bien, nos guste o no. Sin embargo cuando una Administración Pública como el Ayuntamiento está dispuesta a pagar una importante cantidad de dinero por mantener el legado 20 años más, es decir, claramente por un simple depósito temporal, por una cesión en alquiler sin derecho a usufructo (o sea que es la familia quien sigue recogiendo los frutos de la gestión de los derechos derivados corriendo el Ayuntamiento con todos los gastos de promoción) es necesario analizar los datos que conocemos con la cabeza bien fría.
La propuesta de 2 millones de euros, que a todas luces el Ayuntamiento pretendió mejorar en su día la hizo la Biblioteca Nacional antes del año del centenario y creo recordar que la tasación era por la compraventa definitiva y sin flecos del legado y de sus derechos. Una vez que haya pasado el 2010 hay que esperar 30 años más, hasta la siguiente conmemoración para que de nuevo el legado salga a la palestra publica, reluzca, se difunda y se dé a conocer.
La firma de un convenio por 20 años evita a la familia numerosos problemas puesto que como depositarios de un importante patrimonio literario y cultural, tienen la obligación legal de asegurar su integridad; si estuviera en sus manos tendrían un conjunto de obligaciones derivadas de la aplicación de la Ley de Patrimonio Histórico, al margen de que las Administraciones publicas pueden y deben colaborar en ello. El plazo acordado, 20 años, es justo el margen de tiempo necesario para situar de nuevo el legado en el candelero. Pasado ese periodo puede perfectamente ofrecerse de nuevo a la Biblioteca Nacional por la tasación que haga cuando llegue el momento y de nuevo el precio sería alto ante la inminencia de nuevos fastos. El Ayuntamiento así se habría gastado un montón de dinero para nada porque está entre los derechos de los herederos vender al mejor postor el legado. Si pretendiera quedárselo definitivamente tendría que soltar otro montón de dinero.
A nadie se le escapa que la obra del poeta ya está completa, ha sido analizada y publicada hasta la saciedad, salvo sorpresas que cabe calificar de improbables y poco sustanciales (que salgan a la luz más manuscritos con obra no publicada), pero no hay nada nuevo, ningún interés adicional salvo las conmemoraciones y los actos derivados.
Además de los derechos de alquiler o en su caso de la compra, la relación de gastos por diversos conceptos del Ayuntamiento en el mantenimiento y difusión del legado ya han sido más que considerables y es posible que sea una imprudencia mantener y aumentar esos gastos sin una contrapartida clara: que el legado sea del Ayuntamiento. Cualquier otra opción consolida las apetencias económicas de la familia, un auténtico pozo sin fondo y el horno del Ayuntamiento no está para bollos, ni le tocaría colmar ese pozo al menos si no hay contraprestaciones equivalentes.
En ese contexto sería beneficioso para todo el mundo que no hubieran más cortinas de humo, como la afirmación de que con la remodelada fundación se potenciará el turismo cultural, algo que no se sostiene se mire por donde se mire, y que apareció días atrás en Información:
Y sinceramente creo que sería necesario teniendo en cuenta la importancia del tema, que se difundan y conozcan las cifras y las condiciones de cesión temporal del legado. A fin de cuentas se va a pagar con dinero de todos los ilicitanos, por mucho que le pese a la familia.
Recortes de prensa relativos al tema:
Reproducción de la página personal del Alcalde Alejandro Soler:
El contexto al final del 2009: Noticias sobre el desencuentro entre la familia y el Ayuntamiento en el inminente centenario:
Importante: Comunicado de los herederos final de 2009:
Diario La verdad junio 2010: La nuera de Miguel Hernández trata con Alicante el futuro del legado del poeta
El diario Información anticipaba el acuerdo entre la familia y el Ayuntamiento:
Que un cráter lunar se llame Perito en lunas Miguel Hernández
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