Con el verano uno entra en “stand by” o sea que me pongo casi de vacaciones: todo lo relacionado con el trabajo intelectual tiendo a dejarlo a un lado y parece que busco más la diversión y el entretenimiento; hasta “en la lectura para pasarlo bien” se nota. Tenía y tengo un elaborado plan para abordar la serie Roma de Colleen MCCullough entre pecho y espalda con mapas y planos, documentación histórica y toda la parafernalia, pero ni por esas; también estaba releyendo la Galaxia Gutemberg con el objetivo expreso de hacer una serie de entradas bajo el título genérico de McLuhan revisitado, y La Rama Dorada, apasionante libro de Sir James Frazer (me refiero a la edición en un solo volumen de FCE, única accesible en castellano, creo) buscando argumentos para relacionar bajo el punto de vista mítico dos iconos locales. Y ahí está, todo abandonado; ni siquiera la prometida lectura sincrónica de Galdós y Pérez Reverte preparadita en el Papyre me tira. En cambio desde julio no he parado de leer todo lo que me cae encima de Ciencia ficción, en especial la menos comprometida, que diría: La llegada de Joe Haldeman, Omega de Jack McDevitt y Los Cronolitos de Robert G. Wilson, autores consagrados y novelas reconocidas.
Aunque la selección ha sido al azar, tras la lectura se deduce que pertenecen a un mismo subgénero que trasciende incluso el ámbito de la ciencia ficción: la llegada de un salvador o mesías o en su caso de un destructor de civilizaciones, siguiendo el modelo literario evangélico. Tanto el modelo completo, a saber: advenimiento, ascenso, caída (vía crucis o pasión) y ascensión a los cielos o glorificación, como el parcial, es el fundamento de un montón de obras literarias e incluso hay quien afirma que toda obra literaria es parte de un ciclo evangélico, o si se prefiere, de los ciclos similares presentes en antecedentes paganos; de hecho la primera leyenda escrita que se conoce (el poema de Gilgamesh) ya lo desarrolla.
Como su nombre indica, La llegada sitúa la acción a partir de un mensaje que señala el día del contacto con una civilización extraterreste. La obra no resiste los calificativos con que en su día la adornaron aunque cumple con el cometido de entretener. A mitad de lectura se ve venir que prepara un “giro inesperado” en la línea argumental; así que creo haber leído una obra menor del género y del autor, (Joe Haldeman), un clásico.
Imagen procedente de Leelibros, la biblioteca de Sedice.com
cuando llega el calor, tambien siento ese tipo de pereza mental a la hora de escoger qué quiero leér. hoy mismo en la biblioteca solo miraba los lomos de los libros que tienen dibujada una sonrisa...
ResponderEliminar¡Uf! También es grave. Hablando de sonrisas, pásate por aquí:
ResponderEliminarhttp://www.alicantevivo.org/2009/07/nuevo-medicamento-en-las-farmacias.html
Venga
muy bueno el articulo,yá lo habia leido y sí, está gracioso. se superan cada dia.conozco alicante vivo porque está recomendado como interesante en este blg. los descubrí el mes pasado buscando postales antiguas de elche y este blog me llevó al otro.
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