Aparecen hoy en prensa dos notas interesantes relacionadas con lo dicho en la última entrada del blog: los arquitectos dan un fuerte aviso al Ayuntamiento al poner encima de la mesa la ausencia de un proyecto global de ciudad, que se manifiesta entre otras cosas en el mirador del Palmeral al no venir acompañado de una adecuada remodelación del entorno. EU en otra nota se define en contra del citado proyecto por su escasa rentabilidad social, en términos de empleo.
Poner directamente y sin intermediación la capacidad de gestión política literalmente en manos de los ciudadanos, en un alarde participativo puede tener sus inconvenientes, entre los que destaca el que los arquitectos mencionan: pretendiendo contentar a todo el mundo se van aprobando medidas que al final provocan un desarrollo sin un marco previo consistente y bien armado, capaz de integrar la participación ciudadana en su desarrollo. Si la observación de los arquitectos me parece como mínimo util, la otra para mi es insuficiente: la coyuntura no puede determinar las inversiones municipales que van a permanecer en la ciudad para siempre. Si así fuera el esfuerzo presupuestario realizado en L'Escorxador sería precisamente un modelo de despilfarro, cuando es posible que no sea así.
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