El escaso margen de votos obtenidos por la izquierda en las últimas elecciones municipales me obliga a pensar en qué manera afecta cada acontecimiento relevante a la tendencia futura de votos en este municipio. En otras palabras, hay que introducir siempre que está en juego el signo político del futuro gobierno local. Es posible que la exigua mayoría obtenida no sea más que el reflejo del cambio de personas en las candidaturas (en las primeras elecciones que ganó Diego Maciá también se dieron resultados similares a los actuales), sin embargo tengo la sensación de que ampliar la mayoría, mantener los resultados actuales o perder la alcaldía es algo que se construye, es decir, algo que hay que ir haciendo día a día, aunque después se pueda apelar a las tendencias como causa o motivo de los resultados. Siguiendo en una línea similar de argumentos, cabe valorar si ello puede responder a una tendencia más general o por el contrario ser resultado de dinámicas propias (también en este punto habrían apoyos: Elche mantiene una particular fijación con el PSOE y el voto a la izquierda, hasta ser un caso particular).
1.- Alguien dijo y es una pena no acordarme de quien lo dijo y donde lo leí porque me parece profético, que el sucesor de Camps aún estará estudiando en la Universidad. La frase es fiel reflejo de la fortaleza electoral demostrada en las últimas elecciones autonómicas y del estado de crisis semipermanente en la que se ha instalado el PSPV-PSOE desde hace algún tiempo. Esa afirmación también se construye: el sucesor de Camps en el PSPV puede estar estudiando en la Universidad, pero también podría haber salido ya de ella o estar en el Instituto. Depende de la sucesión de acontecimientos de aquí a las Autonómicas. Sin embargo, con la actual tendencia y salvo situaciones críticas o giros inesperados, la proliferación de candidatos a la Secretaría General del PSPV, la reciente irrupción de Leire Pajín en la arena autonómica con precipitación, como se deduce directamente de la lectura de la ponencia preparatoria del Congreso autonómico, las zancadillas desde el aparato para torcer las cosas en un determinado sentido... en fin, todo hace pensar que entre todos están colaborando para que efectivamente el sucesor aún esté en el instituto.
2.- Y Elche necesita que cuanto antes se quiebre la tendencia a que el PP gane por mayoría absoluta las autonómicas, como paso previo a mantener la actual mayoría de izquierdas. No es una necesidad abstracta, tiene nombres y apellidos en cada uno de los agravios comparativos, las tropelías, las omisiones o las cargas intencionadas que recibe este pueblo desde la Generalitat y la Diputación. No son en vano; en el estado actual de la cuestión el PSPV pese a no ganar mantiene un alto techo electoral, gracias entre otras cosas a que hay ciudades que se empecinan en votar al PSOE. Si el PP quiere ganar las próximas generales necesita arrancar votos directamente al PSOE de los feudos socialistas como Elche y de ámbitos territoriales como la Comunidad Valenciana porque los votos arrancados terminan siendo del PP. En Cataluña y en el País Vasco la opción nacionalista dificulta un trasvase directo de votos; es aquí donde más productiva es la cosecha: la gente vota PSOE o vota PP, y unos cuantos miles de votos más gracias a la estrategia de acoso y derribo, a una cierta moderación, al acercamiento a los nacionalistas, a los errores políticos en los distintos ámbitos... pueden dar al traste con la actual mayoría parlamentaria del PSOE en el Estado. Como importante elemento de reflexión, las “familias” del PSPV pueden plantearse el inminente congreso como una forma de conseguir o consolidar cotas de poder, sin caer en la cuenta que pueden estar por ello facilitando que el relevo político en la Comunidad Autónoma sea más bien tarde que pronto. El electorado necesita caras nuevas y un contexto de cambio político y asegurarse un puesto en las listas o entre los cargos del PSPV está reñido con ello.
3.- En estas condiciones, dado que en cualquier caso es inevitable que las próximas elecciones autonómicas siga ganándolas el PP aunque solo sea por el colchón electoral de que disfruta, quizás lo más importante sea asumir los próximos tres años como una situación transitoria para planificar a cambio el asalto a la mayoría absoluta del PP, de manera que el inevitable sucesor encuentre un terreno propicio al cambio.
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