CAMINOS IBEROS

viernes, 29 de agosto de 2008

Exposiciones en Elche

Entre las páginas web sostenidas por el Ayuntamiento de Elche, hoy destacamos esta:

http://www.exposelche.com

Pretende ser la memoria de las exposiciones promovidas por el Ayuntamiento, aunque algunas muy recientes no están recogidas aquí. El criterio testimonial, el tratamiento documental e histórico que las anima merece que alguien garantice su permanencia por encima de los avatares políticos. La calidad de la información que ofrece hace aconsejable dedicar un análisis detallado de algunas, que iré reseñando.

Cada exposición agrupa material virtual, información gráfica y audiovisual y documentos de texto. En la actualidad se recogen las siguientes:

Ultima exposición:

  • Monstres i herois, de la simbologia sagrada al conte infantil.

Exposiciones destacadas:

  • Hacia Périto en lunas el nacimiento de un poeta
  • Misteri d'Elx, tradición medieval viva
  • Poliedros, Dibujos de Miguel Hernández

Otras exposiciones anteriores:

  • Fotógrafos de la naturaleza
  • Elche 2020: imáginemos la ciudad del futuro
  • Palmerar d'Elx. El valor d'un patrimoni
  • Dos patrimonios y un compromiso
  • La cultura de l'aigua en Elx a través del temps

miércoles, 27 de agosto de 2008

¡Ay Palmera Palmera!

Por el campo de Elche son relativamente frecuentes estos hallazgos. En el caso que nos ocupa, mas que la vejez, la probable causa de la muerte, el "cuerpo del delito" de este ejemplar sea encontrarse sencillamente en medio del camino, que casi con toda seguridad es posterior a la palmera. En su alrededor hay otras palmeras de similar porte que se encuentran en perfecto estado.

lunes, 25 de agosto de 2008

El señor de los anillos


Me tropecé con el libro casi por accidente en algún momento de los años 1979 o 1980. Buscaba algo para entretenerme que no fuera ciencia ficción. No puedo precisar la fecha, pero cuando fui a ver el estreno de la primera película de dibujos animados dirigida por Ralph Bakshi en 1978, ya lo había leído. Me hizo leer el resto de obras de Tolkien (primero “El Hobbit”, después todo lo que se ha ido editando en castellano). De algunos de sus artículos hice mías al menos dos ideas, que no es poco: valorar su obra literaria como un intento de poner en pie una mitología anglosajona o/y céltica a imagen de la mitología clásica (esa forma de aproximación a sus relatos me parece esencial) y la presentación de los personajes como derivados, antecedentes o variaciones de la especie humana, separando claramente animales de “hombres”, lo que se ha transformado en una manía personal: cada vez que leo algo de ciencia ficción, si no se cumple la regla empieza a no gustarme.

Mis hijas, que hoy cuentan con 31 y 28 años sufrieron las principales consecuencias: metí algunos episodios entre el repertorio de cuentos nocturnos; incluso me hice con un librito basado en la primera película y les leía cada noche algún fragmento. Había uno en especial con una frase en élfico de Legolas que aún es famosa en casa: “¡Ai na vedui Aragorn, Mae govannen!. Fué una pena que no la incluyeran en la pelicula de Peter Jackson porque fueron a verla con la esperanza de sentir en la pantalla la materia de sus cuentos infantiles; digamos que en compensación el Aragorn fílmico les gustó, vete a saber porque. Además he de decir que la he leído completa al menos cinco veces. Siempre en el verano, los años en los que acampábamos en Pirineos: el Ojo de Sauron me miraba desde el Pico de Pineta; los trolls se sentaban en las grandes piedras mohosas en un claro del bosque de Ordesa del que mis mujeres huyeron despavoridas en cuanto les conté lo que estaba viendo; la furia del Karadhrás estaba detrás del restallar de los rayos sobre las Tres Sorores en medio de la tormenta... Incluso ahora, cuando salgo a marchar por la montaña -cada vez menos, por desgracia- el bastón de encina que me acompaña se sitúa en el eje que une el centro de la tierra y el centro del cielo, me avisa del terreno que piso y me protege del hálito maligno de determinadas fracturas en los valles.

Se me olvidaba. De ahí saqué mi alias: Palantir. Tolkien maneja una serie de objetos que están en la tradición mitológica celta: como el propio anillo, el cayado, el caldero adivinatorio, las capas de camuflaje y en este caso la bola de cristal. Asociada a las artes adivinatorias, Tolkien la emplea como poderoso elemento de comunicación instantánea y termina siendo un instrumento de dominio del fuerte sobre el débil, en un destello premonitorio del actual mundo de Internet y su semejanza material con las pantallas de ordenador. Empecé a usarlo a finales de los 90 en Cyberdark y desde entonces, pese a haberse generalizado su uso por personas y entidades en ámbitos diversos, lo mantengo en los foros de ciencia ficción y en los comentarios de libros. Aunque también es de género femenino en quenya, decidí usarlo sin el artículo por esa suma de valores que el objeto tiene asociados y como homenaje a la novela con la que más he disfrutado hasta la fecha.


jueves, 21 de agosto de 2008

¿El fin de la ciencia ficción?

Un amigo hace algún tiempo me envió el enlace a este artículo de el País:

http://www.elpais.com/articulo/semana/galaxia/apaga/elpepuculbab/20080719elpbabese_3/Tes

Se trata de Una galaxia que se apaga / Jacinto Antón, publicado en Babelia el 15/7/2008.

En resumidas cuentas viene a decir que El futuro parece ya demasiado cerca para imaginarlo. La literatura de ciencia-ficción pasa por una crisis achacable a los nuevos hábitos culturales, aunque el género funciona en otros formatos. Los viejos maestros desaparecen y no surgen nombres a su altura.

La ausencia de relevo generacional y la desaparición de los autores que dieron consistencia al género, la deserción de otros muchos que se han pasado a la fantasía y el descenso de lectores hacen que las editoriales abandonen la publicación de libros de ciencia ficción. A continuación el artículo se apoya en citas de autoridad y exhibe la opinión de uno de los “gurus” Miquel Barceló– quien afirma textualmente En la historia de la ciencia-ficción hay épocas de vacas gordas y de vacas flacas. Ésta es de flacas. Es algo cíclico. Pero ahora es más serio, mucho más serio, me temo” para dar con elementos que explican el previsible y apocalíptico fin de la ciencia ficción: la muerte por disolución en el contexto o por decirlo con una cita del articulista “Un síntoma de esa disolución de la ciencia-ficción es cómo la literatura generalista está apropiándose de obras que hace unos años se hubieran publicado en colecciones del género y con esa etiqueta. La literatura digamos convencional se ha permeabilizado a los contenidos de ciencia-ficción de una manera que parecía impensable” para a continuación explicar el fenómeno inverso: el abandono de la ciencia ficción clásica incluso en sus galardones, es decir la aparición del mestizaje y la degradación su esencia, como si la ciencia ficción tuviera limites claros.

Bien, es suficiente. Animo a cualquier interesado a leer el artículo completo porque vale la pena. De entrada, decir que cuando un mismo argumento se puede emplear para argumentar una cosa y justo su contrario es que no es un buen argumento. La irrupción del género en la novela generalista y el mestizaje son precisamente las evidencias de que la ciencia ficción resiste. En realidad lo que pasa es que la lectura como único medio de diversión se está acabando, la gente para pasarlo bien hace muchas más cosas que leer y eso influye poderosamente sobre la ciencia ficción como literatura de evasión; así se explica que las empresas editoriales hayan pasado a ser dominio de multinacionales de la comunicación, que las novelas se visualicen antes incluso como películas o series televisivas que como libros, que el entretenimiento sea la principal divisa, o que el cine aborde el género incluso con éxito... en ese contexto y teniendo en cuenta la gran permeabilidad de la ciencia ficción, capaz desde siempre de integrarse o incluir al resto de narrativas, lo que en realidad tenemos es una diversificación en las formas de acceder a ella y ello explica en buena medida la descarada irrupción en la literatura digamos seria: el Ensayo sobre la ceguera de Saramago aborda un tema ya trillado, incluso con niveles similares de calidad literaria; lo mismo podemos decir de Nunca me abandones, Cazadores de luz (por citar un premio Nadal) o por decir una muy reciente –que pronto comentaré como “Mi novela del año”– La Carretera. Todas son excelentes novelas de ciencia ficción y éxitos de ventas y de lectura. Además no solo existe relevo generacional, y cito especialmente a los autores ingleses empeñados en reverdecer el género con nuevas propuestas: China Miéville, Ken MacCleod, Ian McDonald... sino, y lo que tal vez sea más importante, nuevos contenidos y obras literariamente redondas: La cicatriz, El sexto día...

Dada la panoplia con la que el articulista adorna su publicación creo que incluso él mismo conoce y sabe de qué estoy hablando, pero es probable que le hayan encargado una “culebra de verano” al estilo Nessie: el tantas veces anunciado fin de la ciencia ficción.

miércoles, 20 de agosto de 2008

Mi novela del año

Presentación


Corren malos tiempos para la literatura. Estamos asistiendo al predominio absoluto de la edición y la distribución sobre el resto de elementos que forman parte del panorama editorial; en especial sobre el lector, como si no tuviéramos bastante con la agonía de la imprenta y del libro ya vaticinado por McLuhan. Las grandes distribuidoras de contenidos imponen en el segmento del libro las técnicas propias de la gestión de otros soportes y convierten la lectura en un mero negocio. En resumidas cuentas, los que tienen la sartén por el mango imponen sus recetas para obtener dinero más o menos fácil: autores dóciles, argumentos trufados de lugares comunes con un mínimo de ventas garantizado, domesticación de la critica literaria –lo que yo denomino la critica mercenaria–, etc. Al buen lector le toca adaptarse o buscar entre la selva de los libros editados algo decente para llevar a sus ojos y como no siempre se acierta uno termina enredado en libros que no desea leer

En ese contexto, que también merece ser analizado con todo detenimiento, resulta cada vez más problemático encontrar buenos relatos, libros que te enganchen hasta la lectura compulsiva, que te zarandeen, que te enriquezcan, que te emocionen; en definitiva obras que guardas –aunque solo sea en la memoria– como un tesoro, de las que te quieres acordar del autor, del título, de la ilustración de la tapa y de como y por qué te gustó... De esas, creo sinceramente que no se publican más de 5 ó 6 al año en castellano. En consecuencia las posibilidades de cazar alguna es relativamente escasa. Encima casi todas están enfermas de heterodoxia: un autor poco conocido, una editorial pequeña (aunque no siempre; las empresas tienen sus olfateadores para capturar presas al vuelo), un género minoritario (como la ciencia ficción), una perspectiva extraña, una incursión en un terreno resbaladizo..., con lo que salvo honrosas excepciones, no suelen aparecer por las listas de “libros más leídos”.

Esas son las novelas que van a estar bajo la etiqueta Mi novela del año; son obras que recomiendo especialmente por ser las que más me han gustado. Por lo dicho y dado que llevo ejerciendo el oficio de lector ya hace tiempo, iré intercalando los hallazgos más o menos novedosos con los recuerdos. Esta sección y en general las lecturas comentadas son una forma de devolver a la red lo que ella me proporciona. Cada vez hago menos caso de la crítica literaria de las revistas y publicaciones especializadas, que suelen ser apéndices de la multinacional que les paga -la crítica mercenaria- y más de los comentarios en la red, en especial de aquellos que por su buen hacer y su dedicación me ofrecen suficientes garantías. Prefiero no apresurar la lectura de las novedades editoriales para dar tiempo a que se multipliquen los comentarios. Así elijo sobre seguro.

Desde aquí, gracias.


lunes, 18 de agosto de 2008

Aula Virtual La Alcudia de Elche



Página web alojada en el servidor de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. Está pensada para facilitar las actividades pedagógicas alrededor del yacimiento de La Alcudia y su Museo. En el apartado "estudios" aparecen más de 60 citas de artículos y publicaciones relacionados con la arqueología y prehistoria local con contenidos accesibles tanto desde esta página como desde el OPAC de la Biblioteca. Contiene además un amplio repertorio de imágenes en su apartado correspondiente.

jueves, 14 de agosto de 2008

¡Ay Palmera Palmera!







Alguien las planta.
Alguien las cuida y las hace crecer.
También hay quien las deja morir o directamente se las carga.
Alguien dirá que está fuera del ámbito de protección del "Palmeral Histórico de Elche" o mil excusas mas.

Lo que vemos es el mayor monumento: como el ave Fénix mil veces renacida y viva contra todo pronostico e intención.

miércoles, 13 de agosto de 2008

Como una infección

Maldita memoria que recuerda cosas que quiero olvidar y olvida otras que quiero recordar

La carretera / Cormac McCarthy

Un conocido de casi noventa años, en medio de una conversación anodina y como quien no quiere la cosa me confesó que en los años 40 y pocos estaba derribando una casa de planta baja, que había sido una carbonería para construir un almacén. En el interior del aljibe encontraron un esqueleto humano. El propietario –que había comprado la casa– y él mismo decidieron de común acuerdo no dar cuenta a las autoridades por miedo a que les complicaran la vida. Las atrocidades de la guerra y de la posguerra, el hecho de que ambos hubieran tenido que soportar tratos vejatorios por los vencedores fue motivo suficiente para el silencio: decidieron rellenar el pozo de hormigón, fabricando la “pasta” a golpe de legón en el suelo. Trabajaron sin descanso durante un día entero. La aparente indiferencia con que inició el relato se fue transformando en un dolor contenido a malas penas, traicionado por su semblante y sus gestos a medida que proporcionaba detalles. Cuando concluyó se había quitado un peso de encima.

Maldigo las historias que actúan como una infección, porque la imagen de ese cuerpo me viene a la cabeza sin pretenderlo; es imposible que no hubiera alguien esperando a esa persona. Tampoco hay paseos inocentes: el moderno bloque de pisos que hay ahora donde primero estuvo la carbonería y después el almacén es bonito, luminoso y brillante, pero cada vez que lo veo se me ensombrece el alma.

lunes, 11 de agosto de 2008

El Patronato del Misterio de Elche

http://www.misteridelx.com/

Página muy cuidada y completa. Además de los artículos que resumen los distintos aspectos que aparecen en el apartado "La Festa" (históricos, musicales, escenográficos...) debe mencionarse la transcripción de algunos documentos notables en su "selección documental".
En la entrada correspondiente a "Biblioteca", además del catálogo en línea incluye sendos inventarios de materiales especiales: de la donación del Rvdo. Antonio Hernández compuesta por 485 Cds de música, de impresos menores, de material audiovisual, gráfico y de registros sonoros. El apartado "Festa d'Elig" contiene la edición electrónica de las revistas impresas entre 1942 y 1953, prácticamente inencontrables en su formato original. A esta encomiable labor de difusión en la red, dando noticias, valorando y reproduciendo documentos de interés se suman los facsímiles que hay en el apartado correspondiente.
Aunque sea de acceso restringido, en la sección "Archivo" encontramos el fondo documental del Patronato en proceso de digitalización, en colaboración con la Cátedra Misteri d'Elx de la Universidad Miguel Hernández.
En "Información" tenemos un repertorio comentado de las publicaciones del Patronato.
En "Conciertos" la página ofrece además de recortes de prensa y noticias relativos a cada concierto, artículos de opinión interesantes. Por lo demás cualquier persona que desee hacerse una idea de la representación, puede oír y ver en vídeo los fragmentos más destacados.
En resumen, cualquier interesado en la bibliografía ilicitana o el Misteri debe pasarse periódicamente por esta página web
Como elemento a mejorar citaría la escasa entidad de la indización por materias en el tratamiento bibliográfico de los fondos de la biblioteca y la conveniencia de continuar digitalizando la revista y otros documentos de interés para el "curioso espectador".
La ilustración reproduce una de las caras de abanico que reparte el diario Información a los espectadores del Misterio de Elche, obra de Andreu Castillejos.
Véase además:

viernes, 8 de agosto de 2008

Obras maestras: la mejor ciencia ficción del siglo XX


Orson Scott Card es uno de los grandes de la Ciencia ficción. De hecho en cualquiera de los "ranking" de los mejores libros que hay por la red, siempre está Maestro Cantor o/y alguna de las novelas que forman la saga de Ender. Personalmente hace tiempo que dejé de seguirlo porque noto que va de más a menos, cada nueva obra que escribe se aleja más de su propuesta inicial. Me decidí a leerlo porque la narrativa breve posee las mejores perlas de la ciencia ficción y porque es responsable de la antología y de los breves comentarios que van antes de cada relato.
La selección se limita a los autores anglosajones (por ejemplo: no hay representantes del bloque soviético, con material digno de ser incluido en el ámbito que enuncia el título) y a relatos "políticamente correctos" (no hay sexo, no hay "linea social" o criticas duras al sistema...). De todas formas había mucho y bueno donde elegir, así que el resultado final es más que aceptable.
Si tengo que quedarme con alguno recomendaría Los reyes de la arena de George R. R. Martin, una gozada.

jueves, 7 de agosto de 2008

El Orfanato



El Orfanato / Robert Buettner. – Madrid: La Factoría de las Ideas, 2007

No pude con el. Me recuerda demasiado el ambiente cuartelario americano vivido mil veces en las películas bélicas que nos invaden. Y dado que pretende que ese ambiente nos guste (pintando lo acogedor que resulta el cuartel y la guerra para los que no tienen familia) terminó deprimiéndome pese a mi oficio de lector y mi buena voluntad: rara vez dejo un libro sin terminar. A lamentar que los comentarios recogidos en Internet sean tan asépticos, como si no tuviéramos ya bastante con la labor de la crítica mercenaria. La segunda parte –que no voy a leer-, amenaza con más de lo mismo: el retorno del guerrero. En definitiva un libro totalmente prescindible.

lunes, 4 de agosto de 2008

Como una novela / Daniel Pennac



Es arriesgado definir un objeto poliédrico mirando
una de las perspectivas posibles
Palantir: “A la manera de Frank Herbert”


Como una novela / Daniel Pennac. – Barcelona: Anagrama, 1993.

Hay pocos libros que recomiende más calurosamente que este. Casi cualquiera lo puede disfrutar con provecho como si fuera una novela de las buenas, aunque no lo es y no todo el mundo vaciará sus posibilidades; en realidad estamos ante uno de los mejores manuales de animación a la lectura para personas adultas que conozco. También debería leerse como un “manual de estilo” para enseñantes, un ejercicio de heterodoxia y más cosas. En definitiva hay que leerlo, entenderlo e intentar poner en práctica alguna de las muchas alternativas que ofrece. La única pega que se me ocurre, bastante menor, por cierto, es que está escrita desde una perspectiva francófona, que no siempre es universalizable, con lo que obliga a quien desee embarcarse en el proceloso mar de la animación lectora a buscar en su propio bagaje y adaptar las iniciativas a nuestro ámbito cultural. Para ilustrar lo dicho basta un ejemplo: si para el autor la “enfermedad de transmisión textual”, consistente en confundir el mundo de lo leído con el mundo real, se denomina Bovarismo, en una línea paralela a lo que hace Harold Bloom con Shakespeare, podemos aportar un antecedente y una denominación propia que coincide literalmente con los síntomas: el quijotismo. Y no lo digo por responder a estos autores con la misma moneda un tanto chovinista. Quien mejor ha definido esta “enfermedad” es precisamente McLuhan en su Galaxia Gutemberg, quien emplea precisamente al Quijote para ilustrarla y definir sus síntomas porque en definitiva es Cervantes el que la inventa.
La obra termina ilustrando “los derechos del lector”, un decálogo de derechos a tener siempre presentes.

Aunque reproduzca un ambiente del siglo pasado, dado que los jóvenes ya no hacen el servicio militar obligatorio, valga este pequeño relato como botón de muestra de las propuesta de Pennac:
7
EL DERECHO A LEER EN CUALQUIER LUGAR
Chalons - Sur - Marne, invierno de 1971
Cuartel de la Academia de Artillería"
En el reparto matutino de tareas, el soldado Mariano X se presenta sistemáticamente como voluntario para la faena menos solicitada, la más ingrata, distribuida casi siempre a título de castigo y que atenta a la más alta honorabilidad: la infamante limpieza de letrinas.
– ¡¿Letrinas?!
– Todas las mañanas. Con la misma sonrisa interior, Mariano X adelanta un paso y grita:
– ¡Voluntario, señor!
Con la gravedad última que precede al asalto, empuña la escoba de la que cuelga la bayeta, como si se tratara del banderín de la compañía y desaparece con gran alivio de la tropa. Es un valiente: nadie le sigue. El ejercito entero sigue emboscado en la trinchera de las faenas honorables.
Pasan las horas. Le creen perdido. Casi se han olvidado de él. Se olvidan. Reaparece, sin embargo, al final de la mañana, cuadrándose para el parte al Brigada de la Compañía:
– ¡Letrinas limpias, mi brigada!
El brigada recupera la bayeta y la escoba con una honda interrogación en los ojos que jamás llega a formular, obligado, quizás, por el respeto humano.
El soldado saluda, da la media vuelta y se retira, llevándose consigo su secreto. El secreto tiene un peso considerable dentro del bolsillo de su traje de faena: 1900 páginas del volumen que la editorial La Pleiade dedica a las obras completas de Nicolas Gógol... Cada mañana durante los dos meses de invierno, confortablemente sentado en la sala de los retretes cerrada con siete llaves, el soldado Mariano X vuela muy por encima de las contingencias militares.
¡Todo Gógol!
Desde las nostálgicas “Veladas de Ucrania” a los desternillantes “Cuentos petersburgueses”, pasando por el terrible “Taras Bulba”, y el negro sarcasmo de “Las almas muertas”, sin olvidar el teatro y la correspondencia de Gógol, ese increíble Tartufo.
Porque Gógol es un Tartufo que hubiera inventado a Molière – cosa que el soldado Mariano X jamás habría entendido de haber dejado la limpieza de las letrinas para los demás -.
Al ejército le gusta conmemorar las luchas de armas. De esta hazaña quedan unos versos, grabados en la parte superior de una cisterna:
Yo puedo decir, sin mentir:
¡Asómbrate pedagogo!
Haber leído en las letrinas
Las “Obras completas” de Gógol
(Versión libre de Pennac, p. 161-163)