En la Viquipèdia se afirma que es un arquitecto y urbanista más conocido por su obra literaria.
Alguien debería arreglar eso. Si su literatura me parece excelente, –en especial el aroma local que destila: los geranios, los membrillos, la albahaca, “l'alfabega de la Mare de Deu”, la pólvora de las carretillas,...– sus escritos sobre arquitectura y urbanismo me parecen imprescindibles. Están construidos, como su poesía, desde el compromiso apasionado con las raíces de la comunidad a la que pertenece, son producto de su empeño por recuperar esas raíces incluso en sentido literal.
La página contiene el repertorio de su obra, con las criticas recibidas y algunos de sus ensayos urbanísticos, bajo el epígrafe Assaigs i altres proses; incluye acceso electrónico a buena parte de los textos, incluyendo su tesis doctoral inédita.
En consecuencia estamos ante una importante fuente de información local en la red: Literatura desde nuestra ciudad y a partir de ella, arquitectura y urbanismo local.
Sin embargo, como todo hay que decirlo, si me preguntan cual es la obra que más me gusta me quedo con El llibre de la Festa d'Elx por muchos motivos: se trata de un magnífico exponente de una generación profundamente laica que desde muy joven acudía religiosamente a ver el Misteri año tras año; también porque es una aproximación seminal, germen del proceso que culminó con su reconocimiento como Patrimonio de la Humanidad, labor culminada bajo el mandato de Diego Maciá, otro miembro ilustre de esa generación que cumpliendo con el refrán, se embobaba cada año ante la magia de la representación.
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