En
los alrededores del Puntal Redó, partida de Saladas próximo ya a Santa Ana, en
un paraje milagrosamente intacto entre sucesivas pasadas de maquinaria pesada y
depósitos de escombros encontré hace ya casi un año un conjunto de curiosas marcas
en la piedra que no se corresponden con los atributos asignados a un camino carretero y que no pueden
sumarse sin más al extenso y frondoso baúl conceptual usado para albergar los
petroglifos, aunque en la búsqueda de referencias he encontrado fotografías
similares dentro. Se trata de un tramo de arenisca de unos 30 m. que presenta surcos superficiales
en la piedra juntos y agrupados en una misma dirección aunque no paralelos en
sentido literal; la distancia entre ellos es variable e incluso algunos parecen
terminar en otros. Queda así descartada la posibilidad de que sean restos de caminos
de ruedas o carreteros. Habría que añadir el hecho de que estuve bastante
tiempo intentado “casar” supuestos carriles para formar al menos una carrilada continua
y fue imposible.
En
una primera aproximación me parecen marcas dejadas por animales, probablemente
herrados, es decir restos de un camino de herradura o una cañada histórica.
Tanto una como otra posibilidad (es decir, el paso reiterado de animales o en
su caso el de numerosas cabezas de ganado en sus desplazamientos estacionales)
pueden dejar este tipo de rastros en la piedra.
En la búsqueda
de munición para apoyar esta hipótesis, he de decir que no ayuda la definición
que proporciona el DRAE ni las Enciclopedias generales que abundan en la noción
de la Academia: un camino de herradura
es ... El que es tan estrecho que solo pueden transitar por él
caballerías, pero no carros.
Algo similar
ocurre en “Caminos libres”, pese a constituir una interesante aproximación. Y
también, todo hay que decirlo, en la literatura académica pues si bien es
frecuente el análisis y descripción de determinados caminos de herradura, en
ellos no aparece el estudio de lo que serían los rastros materiales, las
huellas inscritas en la piedra asociadas a los itinerarios, entre otras cosas
porque no siempre se transitaba sobre la roca.
Las
referencias más próximas las he encontrado en el excelente blog Historias del
Bajo Aragón y en concreto en la entrada dedicada a los caminos de herradura:
Los caminos de herradura, denominados
sendas o senderos en planos antiguos, fueron habituales y predominantes en el
Bajo Aragón hasta bien entrado el siglo XX. La denominación “de herradura” para
estos caminos viene dada por su asociación con el paso de équidos (mulas,
burros, asnos, yeguas, caballos..) siendo apto para el uso de estos animales
pero no para el de vehículos o carros. El trazado de los caminos de herradura
solía ser el más corto y directo entre dos poblaciones o lugares pudiendo
discurrir por zonas de complicada orografía y fuertes pendientes así como
cruzar ríos y arroyos mediante pequeños vados. Su mantenimiento era mínimo y su
buen estado dependía sobre todo de la frecuencia de su uso.
Todo ello se
acompaña de más explicaciones y abundantes fotos que permiten establecer ciertos
paralelismos con lo encontrado aquí.
...En efecto, el modo de andar de estos cuadrúpedos se realiza poniendo una pata delante de otra siguiendo casi siempre un mismo itinerario en su camino, de manera que, con el constante paso de pezuñas y herraduras, acaban desgastando la roca y creando un único surco con una anchura que no suele sobrepasar los 30 cms. y una profundidad habitualmente inferior a 20 cms...
En este caso
surge además un importante refuerzo cartográfico. El Croquis de Elche de
Manuel de Rosales, procedente del fondo
de la Guerra de la Independencia, accesible a través de la BVPB fechado el 11 de
agosto de 1812 ya citado en una entrada anterior indica la existencia de un
camino menor o de herradura, representado de forma diferente a los caminos carreteros como se puede observar, que unía directamente Elche y San Vicente.
Mapa completo. El Noreste del término aparece en el cuadrante inferior derecho |
Como
observación adicional decir que cabe descartar el Camino de Herradura a
Monforte por discurrir en paralelo al Camino hacia la misma ciudad; es más que
probable que ese par sea el Camino Viejo a Monforte uno, y el Camí de Castella dejando en medio Las Pedreras el otro. La toponímia viene además en
nuestro auxilio pues la dirección aparente parece ser el Portell dels
Arriers en la divisoria entre Alicante y Monforte.
Como nota
adicional, queda pendiente el análisis histórico a partir de una inmersión en el
AHME y otras fuentes documentales.
Detalle de los surcos |
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