martes, 9 de octubre de 2012

Las carriladas del Barranc del Grifo


 Se trata de los restos de un camino íbero distinto a los anteriores (Ferriol y Escorfer) que transita por un vado natural entre el Bajo y el Medio Vinalopó, contiguo al que ocupa el actual camino de Castilla, con el que confluye más arriba, una hendidura de origen probablemente tectónico que corta la Serra Grossa, por la que discurren las aguas de escorrentía que forma el Barranc del Grifo, que cuenta con un amplio cono de recepción cuando llueve; no obstante algunos síntomas sugieren que en el pasado pudiera haber sido un pequeño riachuelo de aguas constantes por los restos de aprovechamientos hidráulicos comentados en entradas anteriores.

Los restos del camino se encuentran muy deteriorados por diversas causas, naturales unas como la baja calidad de la piedra o el hecho de que esté trazado en sentido perpendicular al diaclasamiento de la roca madre, combinado con la acción de las frecuentes avenidas y otras debidas a la acción antrópica como la acumulación de detritus a lo largo del lecho, el camino de acceso a la planta de residuos de Els Cremats con el asfalto tapando literalmente las huellas y varias obras de conducción de aguas adyacentes a continuación, precisamente en el punto en el que mejor conservadas estaban las carriladas lo que impide seguirlas. En definitiva una manifestación de una ley básica, opuesta a la comunmente admitida (la reutilización) que consiste en que cada civilización o modelo de civilización rediseña sus caminos y en ocasiones ello conlleva la destrucción de los anteriores; veremos más ejemplos de ello en las entradas siguientes dedicadas a los caminos de ruedas de la comarca.






Pese a que las fotos no recogen suficientes detalles parece existir un apartadero justo debajo de los arcos, es decir un lugar con dobles carriladas divergentes primero y convergentes después al objeto de permitir el cruce de carros, rasgo señalado por Broncano(1) para El Castellar de Meca y también presente en Ferriol como algún día veremos.
Otro de los elementos a destacar ya  señalado en anteriores entradas es la relación entre carriladas y canteras; en este caso el viejo camino de Monforte si existió en época medieval o moderna pudo haber servido como vía de transporte para la ubicación de las canteras. De momento y a falta de mejores resultados basta constatar la existencia de una extracción de piedra a escasos 30 m. del camino ibero, sin contar las canteras de yeso adyacentes, o las que probablemente se hicieron para definir la caja del camino. Son extracciones de escasa potencia que nada tienen que ver con las de Ferriol, como se puede  observar. 


Huella de cadena retroexcavadora



Bloque abandonado


Un detalle significativo es la presencia de falsas huellas de carros y rastros de cadenas de las retroexcavadoras en la plataforma natural de arenisca que comunica los caminos y los puntos de extracción,  ya que se empleó como vía de acceso para la roturación de los montes y la plantación de pinos.

Entrada del camino al barranc del Grifo

Probable cajero o caja del camino
Marcas en el camino de retorno al barranco


Una incógnita subsiste con el camino de tierra que remonta el barranco por la derecha en el sentido de la corriente, a la altura del acueducto, mencionado en la entrada anterior. Las marcas que he encontrado son a todas luces insuficientes; sería necesaria una excavación para determinar si hay o no carriladas porque lo que se ve es una o dos huellas muy juntas en el supuesto retorno del camino al barranco, y algunos detalles más




(1) Los caminos de ruedas de la ciudad ibérica de "El Castellar de Meca" (Ayora, Valencia) / Santiago Broncano Rodríguez y Mª del Mar Alfaro Arregui. - Madrid : Dirección General de Bellas Artes y Archivos ; Valencia: Consellería de Cultura, Educació i Ciència, 1990



2 comentarios:

  1. Arduo trabajo el de seguir estas huellas, tan antiguas como interesantes Gaspar.
    Un saludo.
    Sergio.

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  2. Me a gustado leer este articulo

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