sábado, 7 de julio de 2012

El camino viejo de Aspe: El Itinerario de Cavanilles (1)



La entrada de hoy participa de varias características peculiares: por una parte es la excusa para poner a punto una entrada anterior en la que expuse las páginas del Cavanilles dedicadas a ElcheEn aquella época era prácticamente imposible intercalar ordenadamente fotos dentro de una entrada de blogger, por lo que ante la escasa compensación entre el trabajo a emplear para ordenarlas y los resultados, decidí dejarlas tal y como salían. He decidido romper una de mis normas internas (no cambiar la entrada pasados un par de días) y restablecerlas a su orden normal, porque ya es posible hacerlo con facilidad. Así, el curioso espectador que quiera poseer un pdf con ellas no tiene más que emplear alguno de los muchos programas que de forma gratuita transforman las imágenes en ficheros válidos en ese popular formato, aunque yo lo que recomiendo es que descargue y maneje la obra completa por multitud de razones (por ejemplo: usarla como obra de consulta antes de visitar cualquier pueblo de la Comunidad o deleitarse con la lectura de descripciones que a veces rozan la genialidad como la que reproduciremos más abajo y algunas también de interés local como tener a mano la información que recoge de las comarcas colindantes). La actualización tiene además sentido porque hay al menos dos o tres entradas previstas relacionadas entre las que se deben mencionar las dedicadas a ampliar y comentar la entrada de Gonzalo Martínez Español derivadas en parte de mis salidas al campo a patear el camino viejo de Aspe intentando reencontrarlo entre las que se cuenta el seguimiento con cierto detalle del itinerario del botánico, que en este punto incluye:
  • Rastros de un camino íbero (o medieval) en La Cochera.
  • La Torre de Carrús y sus inmediaciones. Los Hondos. El AVE.
  • Reseña-inventario de árboles del paraje.
  • El Barranco de las Monjas y la Font de la Gota
Sierra de las Tres Hermanas 
En el trabajo Las campañas viajeras de A. J. Cavanilles por el reino de Valencia (1791-1793)... / Joan Mateu Bellés, en la obra dedicada a conmemorar a su vez el segundo centenario de la muerte del botánico Antonio José Cavanilles : (1745-1804)  publicada en Valencia por la RSEAP en 2004 afirma, entresacando datos del dietario,  que este recorre la provincia de Alicante en 1791 y así tenemos que “...entrado el verano, siguió por las tierras meridionales de Albatera, Elx y alrededores de Orihuela...”(p. 178).  Por estas fechas, según Gonzalo, el camino a Elche hace algunos años que está terminado. Cavanilles tuvo que transitar por él no solo por su mera existencia, también porque el paraje de Carrús se cita tanto en el “itinerario” como en la obra de Gonzalo:

El camino en las proximidades de la Torre. Al fondo el viaducto del AVE
“... en el camino que conduce a Elche. Apenas se entra en este camino muda el suelo de aspecto. A las frondosas huertas de los pueblos que acabamos de ver, se siguen cerros áridos de tierra blanquecina, lomas y gargantas sin cultivo y sin árboles y casi sin arbustos por más de una legua hasta Carrús. Notanse aquí pinos robustos y elevados en un terreno semejante al que precedió desnudo; porque en Carrús hay guardas que atienden a la conservación y cría de los árboles. Si los hubiera para los cerros actualmente desarbolados, muy pronto habría leña, tan escasa hoy en aquel recinto que los naturales arrancan hasta las raíces de los pocos arbustos que se hallan. Fatigase la vista al descubrir por todas partes eriales, aridez, descuido, y cerros que alargan el camino de suyo fastidioso; pero en saliendo de la última garganta, quando se perciben las inmediaciones de Elche, y en ellas aquel bosque dilatado de olivos, precedidos de tanto campo cultivado; quando en el centro de los olivos se ve aquella multitud de empinadas palmas que ocultan los edificios, y parte de las torres y cúpulas de la villa más populosa del reyno, es tanta la sorpresa, tan dulce la sensación que el espectador desea llegar a aquel nuevo país para conocer a fondo su valor, su hermosura, sus producciones y habitantes, digno todo de ser descrito con exactitud...” (p. 168 y 169)

Restos de pinada en el Barranco de las Monjas
En la entrada correspondiente de Gonzalo citada se cuenta que antes de emprender la obra  se valoran las grandes dificultades de trazado del camino hasta la Torre de Carrús, llegando a examinar otras alternativas. Finalmente la Junta de Caminos opta por seguir el trazado “por las cuestas de Carrús”, de nuevo hasta la Torre. El camino se termina en octubre de 1786.
Para terminar, decir que el paraje de los “Hondos de la Torre del Marqués” reiteradamente citado en la documentación expuesta por Gonzalo debe ser precisamente el lugar, justo debajo de la Torre en el que confluyen el Barranco de las Monjas y el de Los Arcos, y que permanece encharcado bastante tiempo como consecuencia de las escorrentías de ambos. Como contrapartida esa relativa abundancia de aguas junto a la presencia de un camino inmemorial explica y justifica la existencia de una Torre de Vigilancia primero y de una hacienda rústica después, probablemente de las más antiguas. También podría explicar al menos en parte el abandono definitivo del itinerario.
La Torre desde los Hondos y el antiguo camino
 Hemos de concluir, pues que el Croquis de Elche de Manuel de Rosales que se reproduce en la entrada correspondiente cuyo detalle ilustra la cabecera de hoy y que también señala a la Torre como un elemento destacado del camino, reproduce el itinerario de entrada del ilustre botánico a Elche. Recordemos que el mapa está fechado en 1810, apenas 20 años después del paso del ilustrado por estas tierras. No obstante también refleja la existencia de otra vía  de comunicación, un camino de herradura (Gonzalo anota que se emplea el viejo camino de herradura preexistente como punto de partida para hacer el camino carretero) que cruza el Barranco de las Monjas algo más abajo de la Torre y viene a salir al trazado actual de la carretera, a diferencia del camino viejo de Aspe que atraviesa el Barranco enfrente de la Torre de Carrús, cruza la actual autovía e iría por detrás de la Cerámica a buscar el Camino de Los Magros, también mencionado en la cartografía, incluso en la actual como “Camino viejo de Aspe”.

Conocido el itinerario, la descripción que hemos incluido cobra mayor sentido porque el contraste que el ilustrado señala entre la aridez extrema del paisaje desde la salida de Aspe[1] y el cuidado de los alrededores de la Torre, entre la desnudez de las sierras y la vista de la ciudad y sus palmerales; la aguda percepción de las consecuencias de la deforestación intensiva o el detalle de insistir en el exquisito cuidado de los huertos (como veremos en entradas posteriores) toma pleno sentido al hacer el recorrido,  y aún es posible percibirlo a pesar el tiempo y de los cambios.

Imagen de la Sierra de las Tres Hermanas procedente de: http://arqueologiaalicante.blogspot.com.es/2011/01/las-tres-hermanas-aspe.html


[1] Aquí es inevitable citar un refrán o dicho popular entre los asperos: “Eres más gandul que las Tres Hermanas, que por no hacer no hacen ni boja”  en referencia a la extrema sequedad de las sierras de ese nombre y al término “boja”  que aquí viene a significar la maleza pequeña y seca que se emplea para iniciar un fuego.

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