Si todos los agricultores de España sintiesen el problema de los riegos, con la misma intensidad que vuestro sentir ha puesto tan gallardamente de relieve, ante la magnitud del sacrificio, que las obras de Marchena y del Pantano representan, entonces sí que podría creerse, en plazo breve, en la regeneración de España por la llamada política hidráulica...
Próspero Lafarga A la Comunidad de Regantes de Elche, en Los riegos en Elche, p. 3
El programa a partir del cual el ingeniero va a desarrollar sus trabajos en la comarca está expuesto en su obra Los riegos en Elche citada en la entrada anterior. Y puede leerse además como una plasmación práctica de la influencia del regeneracionismo de Joaquín Costa, a través del Plan Nacional de Obras hidráulicas de 1902 (o Plan Gasset) que pretendía sacar adelante al país mediante obras de ingeniería civil al servicio de la agricultura. El plan citado fue asumido por la Confederación Hidrográfica del Júcar y en buena parte llevado a efecto, con obras para la mejora y ampliación del regadío en su demarcación. Aunque la utilidad del plan Gasset está aún debatiéndose entre los historiadores, no cabe duda de que en nuestro caso el balance es altamente positivo en la medida que supuso el relanzamiento de la agricultura local y de la ciudad misma. Si en una primera pasada se efectuaron obras de mejora en el regadío tradicional (y aquí nuestro personaje es fundamental) después asistimos a la implantación de nuevas tecnologías mediante el empleo de motores eléctricos de elevación e impulsión de aguas y la reutilización de los sobrantes del Segura. Sin este segundo impulso no tendríamos el embalse del Hondo ni las actuales compañías de riegos, ni sería posible hablar de los actuales intentos de modernización de la agricultura ilicitana mediante el abandono del riego a manta, la generalización del goteo y otros sistemas de ahorro de agua, la búsqueda de cultivos adaptados, la recirculación y depuración de aguas, etc.
Aunque Los riegos en Elche está completa en la ROP cuyos enlaces cité en la anterior entrada, falta el prólogo y las excelentes fotografías que solo aparecieron en el libro. No sé si estoy incumpliendo alguna norma, pero voy a publicar por mi cuenta y riesgo tanto uno como otras para permitir al curioso espectador tener la versión impresa en digital mejorando con ello el conocimiento del tema.
Hoy tocan las fotos. Se debe incluir la foto de la entrada anterior y otra que utilizaré para ilustrar próximas entradas. Más adelante cuando trate del canal de desviación del Vinalopó publicaré además otras inéditas.
Animo e invito a los muchos amantes del senderismo y la montaña que de vez en cuando me visitan a que reproduzcan los enfoques y reflejen con sus cámaras el estado actual de las obras del ingeniero (ya hay algunas en la red) como material para comparar y valorar cual es su estado. Falta decir que en su mayor parte están aguas arriba del Pantano y corresponden a la desviación del Vinalopó a su paso por el Tabayá. Basta seguir el canal desde el Pantano aguas arriba para ir encontrando las obras. Más adelante comentaré el tema y diré por qué me parece interesante esta aproximación, con algunas propuestas.
Venga
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